El Instituto de Tecnología Cerámica (ITC), a través del proyecto Bioconcer, estudia el desarrollo de sistemas cerámicos sostenibles combinando baldosas finas de bajo impacto ambiental con materiales y técnicas de bioconstrucción. El objetivo es diseñar soluciones compatibles con la construcción industrializada, que mantengan prestaciones similares a los sistemas tradicionales pero con un mayor respeto por el entorno.

El proyecto cuenta con la financiación del Instituto Valenciano de Competitividad e Innovación (Ivace+i) de la Generalitat Valenciana, a través de su Línea Nominativa de Apoyo a Centros.
Sistemas cerámicos que reducen la huella ambiental
Bioconcer busca integrar las baldosas cerámicas en la construcción sostenible, promoviendo edificaciones saludables, energéticamente eficientes y con materiales tradicionales, naturales o poco procesados, que generen un menor impacto ambiental. Estas baldosas se orientan también a la construcción industrializada, siguiendo los principios de la bioconstrucción, cuya aplicación se considera cada vez más necesaria ante la emergencia climática y otros factores sociales y geopolíticos.
El Instituto de Tecnología Cerámica subraya que, más allá de cumplir la legislación, actualmente es fundamental que las empresas consideren no solo el tipo de producto y su destino, sino también su origen, la energía y los recursos naturales empleados en su fabricación, su huella de carbono, y la ausencia de sustancias nocivas para las personas y el entorno.
En este sentido, Bioconcer se centra en introducir sistemas, principalmente basados en lámina cerámica, que se ajusten a los principios de la bioconstrucción: materiales poco transformados o de mínimo impacto, que no afecten negativamente al ambiente interior y que contribuyan a su regulación. Además, se busca mejorar el confort térmico y acústico, garantizar una larga vida útil de los productos sin pérdida de prestaciones y fomentar su reciclabilidad.