Los materiales sostenibles del sector de la construcción son aquellos cuya elaboración y utilización implican el ahorro energético y la minimización de la contaminación, conllevando también a favorecer la salud de los usuarios. Se consideran sostenibles los materiales naturales y/o reciclados, así como aquellos que puedan reciclarse, materiales que no contengan elementos tóxicos, respetuosos con el medio ambiente, de procedencia local, y aquellos cuyo proceso de fabricación conlleva a una reducción del uso de recursos naturales.

Ejemplos de materiales sostenibles son el hormigón fabricado con áridos reciclados, así como los materiales que incluyen residuos de la construcción y demolición, lo cual implica aprovechar esos desperdicios y evitar la generación de nuevos materiales, con el gasto energético de otros recursos que ello conlleva. La utilización de la madera u otros elementos naturales como el corcho, así como la elaboración de otros productos de la construcción a partir de fuentes vegetales y no petrolíferas, se consideran materiales sostenibles. Son sostenibles asimismo los nuevos materiales diseñados con principios del diseño Cradle to Cradle (C2C, de la cuna a la cuna), del ecodiseño, y aquellos que fomenten la construcción sostenible y la economía circular.