Comunicación presentada al IV Congreso Edificios Energía Casi Nula:
Autora
- Silvia Herranz García, Responsable Técnico, URSA Ibérica Aislantes
Introducción
Según el RD 564/2017, los edificios que satisfagan los requisitos mínimos que vaya dictando el CTE en cada momento, se consideraran EECN, es una definición que contempla los elementos básicos de diseño de los edificios, como son orientación, compacidad, ganancias y pérdidas energéticas, cerramientos, carpinterías, instalaciones, etc. Es un concepto que se refiere a la energía consumida del edificio a lo largo de su uso de funcionamiento, aunque no especifique un valor final, da cabida a que a medida que existan actualizaciones en el CTE, vaya evolucionando y se adapte a las necesidades que especifique la normativa en cada momento.
Las estrategias de la Unión Europea quedan claras en su hoja de ruta, que serán las directrices de las actualizaciones del CTE, por lo que la definición de EECN, se irá endureciendo, para reducir la energía que se consume en Europa, que en estos momentos asciende al 40% del total.
El parámetro que se tiene en cuenta a la hora de EECN, es a través de una simulación energética del edificio, según las determinadas prestaciones que se le han ido dando al proyecto, se obtendrá un valor u otro, en estos momentos el CTE DB HE- Ahorro de energía, especifica valores en función de diferentes indicadores.
Existen parámetros dentro del proceso de edificación que pueden ayudar a cuantificar con mayor exactitud la energía que se emplea en un edificio, como es la embebida dentro de la utilización de unos u otros materiales, no solo a nivel prestacional del edificio en su uso.
La metodología de análisis de ciclo de vida del edificio permite cuantificar los diferentes indicadores en las diferentes etapas de un proyecto, desde la extracción de las materias primas hasta la deconstrucción del edificio. La estrategia de la economía circular hace que los ciclos de vida de vayan conectando y mejoren la utilización de residuos, consumos de energía, etc., todo ello de la mano de una especialización de los trabajos necesarios para llevar a cabo las diferentes estrategias que tiene en marcha la Unión Europea.
A todo ello, hay que sumar las diferentes iniciativas en el mercado, que llevan intrínseco una valoración de la energía consumida en el edificio, así como otros indicadores, en materia de confort, salubridad… las más destacadas son las certificaciones de sostenibilidad de edificios, tales como LEED, BREEAM, WELL, PASSIVHAUS, VERDE, etc., el listado es extenso, pero estas son las más comunes en España.
Los pasos previos a una definición de EECN, han sido la reducción de la demanda del edificio, utilizando un aumento progresivo en los espesores de aislamiento térmico, y a principios de siglo se empezó a definir el ahorro de energía, por lo que los siguientes pasos son la ampliación de parámetros que formen y ayuden a medir con exactitud el concepto de EECN.
Análisis de parámetros intrínsecos de los edificios
Existen ciertas inquietudes que van apareciendo a medida que se profundiza en el estudio de los edificios, principalmente en la parte medioambiental de ellos, donde se amplían nuevos parámetros que se pueden incluir en el consumo de energía global del edificio, pero se están haciendo avances en términos como el confort y la salubridad, que van de la mano, y que es información más cercana al usuario, debido al lenguaje que utilizan, por lo que si se crea conciencia y se fomentan, pueden demandar este tipo de edificios, que son más cuantificables y de mayor exactitud en consumo de energía, entre otros parámetros.
Hay que destacar en términos medioambientales el análisis de ciclo de vida, en salubridad el tema de calidad del aire interior y el confort, en los siguientes se desarrollarán estos 3 conceptos.
Análisis del ciclo de vida (ACV)
Para hacer más preciso y exacto el valor de energía que se utiliza en un edificio, se tiene que analizar no solo el consumo en la fase de uso, sino en su ciclo de vida completo, y para ello la alternativa más implementada y testeada es el análisis de ciclo de vida, en la que se basa la economía circular, y que tiene una normativa asentada en el sector de la edificación y un lenguaje propio que hace que sea más sencillo de utilizar.
El análisis de ciclo de vida realiza distinción por etapas y módulos en el ciclo de vida, considerando la producción, construcción, utilización, fin de vida útil y deconstrucción, en la siguiente tabla se pueden observar estos datos, siendo este esquema común a todos los elementos de los edificios para poder agregarlos de manera adecuada:
Los parámetros que se evalúan en el ACV son de los impactos ambientales, de los residuos, de los flujos salientes en los cuales, hay que destacar la energía eléctrica, de vapor, de gas y de proceso, suministrada al exterior, siendo valores que se podrían utilizarse para el balance global de consumo de energía en EECN.
Y como últimos parámetros extraídos del ACV, están el consumo de recursos, que tienen mayor relevancia en el tema de EECN, como son la utilización:
- De energía primaria renovable, excluidos los recursos de energía primaria renovables utilizados como materias primas
- De los recursos de energía primaria renovables utilizados como materias primas
- Total de los recursos de energía primaria renovables (energía primaria y recursos de energía primaria utilizados como materias primas)
- De la energía primaria no renovable, excluidos los recursos de energía primaria no renovables utilizados como materias primas
- De los recursos de energía primaria no renovables utilizados como materias primas
- Total de los recursos de energía primaria no renovables (energía primaria y recursos de energía primaria utilizados como materias primas)
- De combustibles secundarios renovables y no renovables
Estos datos ayudarían a realizar una simulación del consumo de energía necesaria para todo el edificio, teniendo en cuenta todas las etapas del ciclo de vida del edificio donde se pueden extraer datos de consumo de energía.
Otro parámetro referente al alcance del ciclo de vida de un edificio, es la adaptación al cambio climático y que menciona el borrador de Level(s), que consiste en añadir posibles escenarios producidos por el cambio climático, es decir, estimar posibles situaciones en las que el edificio, por su emplazamiento, tipología, uso, etc., va a sufrir una serie de alteraciones en su comportamiento energético.
Teniendo en cuenta en el balance energético global del edificio el consumo de energía, debido a la iluminación, refrigeración, calefacción, etc., necesaria para conseguir condiciones de confort en el interior. Lo ideal será que vayan en consonancia con la hoja de ruta de la Unión Europea, por lo que deberían definirse para el periodo de 2030 y el 2050.
Confort
Existen diferentes certificados de sostenibilidad, cuyo enfoque está más centrado en la parte medioambiental, aunque si tienen algunos criterios que se refieren al confort, como el comportamiento acústico, térmico e incluso iluminación, como es el caso de LEED, BREEAM y VERDE, aunque estos parámetros si son recogidos en la normativa española, ya sea en los documentos básicos de CTE o en Reglamento de Instalaciones térmicas en los edificios (RITE), como son las temperaturas de confort, las velocidades del aire en sistemas de climatización, los lúmenes en un espacio, el aislamiento acústico, etc.. Sin duda son indicadores de confort que son perceptibles por los usuarios.
Sin embargo, la certificación WELL [1] hace referencia en una de sus categorías al confort (confort térmico, térmico radiante, térmico individual, olfativo, reducción en ruido de impacto, tiempo de reverberación, ruido exterior, ruido generado en el interior, ergonomía, etc.), tiene en cuenta otras categorías como son la nutrición, agua, la iluminación, la mente, actividad física, calidad del aire, etc.
Siendo unos parámetros que se pueden incluir, al menos como guía de buenas prácticas en las edificaciones tanto nuevas como existentes, y que sirvan de concienciación del uso y la interacción con los espacios en los que se viven, esto ayudara a percibir los EECN, como una realidad y no como una obligación normativa.
Salubridad
Existe otra categoría en la certificación WELL, que habría que destacar que es la de calidad del aire interior, algunos de sus parámetros están cuantificados y reglados por la normativa española, pero hay otros que no existe ni normativa europea específica, y que sin duda es perceptible por los usuarios de los edificios.
Esta categoría contempla filtraciones de aire, gestión de la polución, control de microbios y mohos, protocolos de limpieza, gestión de la humedad, estándares de calidad de aire, etc. sin duda son parámetros que ayudarían a crear conciencia.
En el caso relativo a los estándares de calidad del aire, se está trabajando desde la administración en el proyecto CARE [2] para el controlar el radón, y en el caso de emisiones en el aire interior, no existe todavía normativa europea.
Revisando la normativa en diferentes países de la UE, Francia destaca a nivel mundial, dado que según la orden ministerial del 19 de abril de 2011 [3] , establece que los materiales relacionados con la calidad del aire interior e incluye también los aislantes, aunque no estén en contacto con el aire, tienen la obligación de ensayarse bajo los métodos de ensayo de los parámetros que se determinen para cada material según la ISO 16.000-3, ISO 16.000-6, ISO 16.000-9, ISO 16.000-10, ISO 16.000-11.
La normativa francesa establece 4 clases que establecen los limites de 11 contaminates que son evaluados y siendo la Etiqueta de emisiones en el aire interior: A+.
Al igual que en el apartado anterior, el hecho de que se realice comunicaciones y guias de buenas practicas, crea conciencia y ayuda a reforzar el concepto de EECN.
Conclusiones
Como conclusiones principales se podrían destacar:
La metodología basada en el análisis de ciclo de vida (ACV), es una herramienta perfecta para realizar un balance completo de la energía empleada en un edificio a lo largo del ciclo de vida, es posible incluir parámetros de adaptación al cambio climático, que incluyen escenarios posibles basados en el ACV, para el periodo hasta el 2030 y el de 2050, fechas relevantes en la hoja de ruta de la UE.
Las iniciativas y proyectos que hacen participes a los usuarios y que muestran parámetros perceptibles, ayudan a concienciar sobre el uso del edificio, siendo vías necesarias para llegar a los habitantes que hagan un buen uso de la energía que se consume en los edificios. El confort y la salubridad son dos patas cercanas a los usuarios, y que pueden permitir ser caminos de conexión para concienciar sobre los EECN.
Referencias
- JRC Technical Reports. 2017. Level(s) – A common EU framework of core sustainability indicators for office and residential buildings. European Commission.
- Real Decreto 564/2017. Boletín Oficial del Estado, Madrid, España, 2 de junio de 2017.
Notas al final
[1] https://www.wellcertified.com/en/explore-standard. 2017
[2] http://www.dicat.csic.es/rdcsic/index.php/tecnologias-fisicas-2/117-proyectos/411-un-proyecto-desarrollara-un-sistema-automatico-para-controlar-el-radon 2017[1]
[3] https://www.legifrance.gouv.fr/eli/arrete/2011/4/19/DEVL1104875A/jo. 2011