Más construcción con madera en el futuro tras la entrada en vigor del nuevo Código Técnico de la Edificación.


Hasta la fecha, las ingenierías y los fabricantes y constructores de estructuras y viviendas de madera en España vienen aplicando en su actividad el Eurocódigo 5. El nuevo CTE se basa en este texto y apenas incorpora novedades.



Para la resistencia al fuego de las estructuras de madera, el código da, más que un cálculo, una serie de recomendaciones constructivas y soluciones estructurales para realizar dichas estructuras; bien sobredimensionándolas o protegiéndolas con placas de yeso o material intumescente. En cuanto a muros y forjados, las separaciones máximas entre ejes de montantes, muros de entramados y viguetas de forjados no deben superar los 62’5 cm. El código indica cómo deben ir fijados los tableros al entramado de madera, cada 150 mm, habrá un clavo unido a la madera y no a otro panel (200 mm. en el caso de tirafondos) y, en el caso de haber capas múltiples, las fundas de los paneles guardarán una distancia de al menos 6 cm.


En cuanto a la seguridad estructural, por fin quedan reguladas las estructuras de madera. De nuevo sirve como referencia el Eurocódigo 5, que marca cinco criterios de durabilidad según el grado de exposición, estableciendo además los tipos de protección adecuados a cada grado. El texto recomienda la utilización de lasures a poro abierto en el exterior, que permitan el flujo de humedad entre el ambiente y la madera.


El CTE dedica unas páginas a los materiales apropiados para construir las estructuras, y nos habla de madera maciza, madera laminada encolada, madera microlaminada y tablero estructural, así como de los adhesivos y uniones para su fabricación y montaje. Y nos habla también del control del suministro y recepción de los productos: todo material ha de estar identificado con todo detalle acerca del suministrador –nombre y dirección de la empresa proveedora, dirección de la fábrica y aserradero, fecha de suministro, cantidad suministrada, certificado de origen y, respecto a la madera aserrada, su especie botánica y clase resistente, contenido de humedad, dimensiones, etc.-. Algo que, hasta la fecha, se venía haciendo o no, y que ahora es ya obligatorio. En obra los requisitos de control son parecidos, sumando unos criterios de no aceptación del producto.


La madera estructural queda clasificada pormenorizadamente por nombres, especies, procedencias y prestaciones en cuanto a su resistencia. Cada proyecto debe establecer qué madera se está empleando y sus características.


Aparece el concepto de “diafragma” en forjados y cubiertas para las estructuras de entramado ligero. Son tableros estructurales unidos a un entramado de madera mediante elementos mecánicos de fijación: clavos, grapas, tirafondos o pernios. Y se establece una serie de condiciones constructivas para realizar un análisis simplificado, indicando cómo hay que clavar los tableros a los montantes estructurales.



También irrumpe con mayor protagonismo el concepto “panel”, como elemento que se cierra con un tablero en uno o varios módulos que trabajan conjuntamente, el cual nos da unas condiciones mínimas constructivas para limitar anchuras y alturas. Las fijaciones de los tableros registran una separación máxima en bordes de 150 mm. para clavos y 200 mm. para tirafondos, y separaciones máximas en líneas interiores de 30 cm.


El código aborda también el marco de la ejecución de la obra. La madera en la obra ha de tener la humedad de equilibrio y condiciones higroscópicas adecuadas; nos da tablas de referencia para cada provincia española y una serie de detalles constructivos con recomendaciones que vienen a mejorar la durabilidad de la estructura de madera; por ejemplo evitar que los arranques de soporte conecten directamente con el hormigón, aplicar láminas impermeables entre éste y la madera, ventilar los encuentros de vigas en muros, manteniendo una separación mínima de 15 mm. entre la superficie de madera y el material del muro, apoyar la madera en las bases con un material separador intermedio que evite la transmisión de la humedad del muro, evitar uniones en las que se pueda acumular el agua o proteger la cara superior de los elementos de madera expuestos directamente a la intemperie.


Desgraciadamente, en el nuevo CTE abundan textos y gráficos, pero se echa de menos una mayor profusión de dibujos ilustrativos de todas estas realidades, aplicaciones y soluciones, lo cual ayudaría mucho mejor a comprender un texto complejo y denso, a menudo difícil de interpretar. El cumplimiento del nuevo CTE conlleva un coste mayor, pero también una eficiencia energética mayor de la edificación. Los nuevos edificios se clasificarán en orden al ahorro energético que garantizan, como los electrodomésticos. En este sentido, la madera parte con ventajas inherentes, debido a sus elevadas prestaciones de aislamiento térmico y durabilidad natural.


El CTE alumbra el futuro de la construcción en madera


Con el nuevo Código Técnico de la Edificación, una vivienda de madera es, por fin, una vivienda. Y no se le exigirá ni más ni menos que a otra vivienda, si cumple las normas de habitabilidad, accesibilidad y urbanísticas que marca el momento actual. Los créditos hipotecarios que le afectan son los mismos y la LOE –Ley de Ordenación de la Edificación- regula su relación con constructores y promotores.


Hasta la fecha, las compañías aseguradoras han eludido colaborar con los fabricantes y constructores de casas de madera, con la excusa de “la falta de regulación del mercado y del producto”. El nuevo CTE ha agrupado las normas y ha marcado una pauta que viene a evitar y superar estos problemas, respecto a la calidad del producto y sus condicionantes.


En forma, una construcción de madera cumple todos los condicionantes estéticos; en materiales también. Con lo cual, salir o no adelante depende ahora del criterio del técnico municipal en cada lugar y momento, a favor o en contra, y difícil de rebatir una vez tomada una decisión. En cualquier caso, y dando por sabido que la madera siempre fue inseparable de la arquitectura, ha pasado ya lo peor, y afortunadamente vuelve a resurgir con fuerza y vuelve a ser tenida en cuenta en los proyectos del presente y el futuro. El CTE se hizo de rogar, pero su irrupción alumbra el futuro de la construcción en madera.


 
 
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