Según un estudio CEPS para la Comisión Europea la UE puede ahorrar 1.000 millones de toneladas de CO2 para frenar el cambio climático.

El cambio climático es un reto serio y de largo alcance. Dada la magnitud de este problema, los gobiernos del mundo han acordado reducir entre un 80% y un 90% las emisiones de gases de efecto invernadero en los países industrializados de aquí a final de siglo. Para ello, se han desarrollado políticas concretas con el objetivo de mejorar la relación coste-beneficio de las acciones dirigidas a paliar este problema.


El Centro de Estudios de Políticas Europeas (CEPS) ha elaborado un informe en el que pone de manifiesto que entre las medidas más efectivas para reducir las emisiones de C02 -principal causa del cambio climático- destaca el aumento de los niveles de aislamiento con la mejor relación coste-beneficio.


Este estudio intenta integrar, desde una perspectiva social, los impactos a largo plazo que tienen las políticas climáticas sobre el análisis del coste-beneficio dentro de la Unión Europea (UE). El marco de trabajo se ha centrado en diez medidas técnicas dentro de tres sectores diferentes: energía e industria, transporte y edificación.


El estudio cuestiona si las políticas de la UE sobre la seguridad del suministro, eficiencia energética o apoyo a las nuevas tecnologías tienen suficientemente en cuenta los beneficios o, si por el contrario, se centran en los costes a corto plazo como parte de la nueva orientación de la agenda de Lisboa para recuperar la competitividad.


En busca de un ahorro de energía y desde la perspectiva de un análisis de coste-beneficio social, se han establecido cinco medidas que ofrecen la mejor relación entre estos parámetros. Entre ellas figura el aislamiento, que es altamente económico desde el punto de vista del usuario final para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y tiene beneficios complementarios para el ahorro de energía y la calidad del aire.


Existen pruebas de que un incremento de los precios de la energía no siempre conduce a ahorros energéticos. Por otro lado, está el tema de la “pobreza de combustible”. Y es que mientras que una parte considerable del parque de viviendas es decrépita, simples medidas de aislamiento podrían subsanar esta pobreza. Como muestra, existe el compromiso que en el pasado adquirió el suministrador de energía Electricité de France (EdF) en el aislamiento de las viviendas, motivado por el hecho de que era necesario reducir el consumo térmico doméstico hasta el punto de que los consumidores fueran capaces de pagar la factura de calefacción completa.


El aumento de la eficiencia energética, que reduce la factura energética global, se vuelve crítica como herramienta de compensación de unos costes elevados. Las subvenciones sobre medidas de eficiencia energética para los hogares con pocos ingresos pueden ser un medio de combatir la exclusión social por falta de acceso a la energía, pone de manifiesto el informe del CEPS.


Las ocho medidas clave que lograrán ahorrar 1.000 millones de toneladas de CO2 :


Tecnología



Nivel necesario para reducir 1.000 millones de toneladas de CO2 de las tecnologías anteriores



La conclusión de este estudio es que es posible desarrollar de una forma más equilibrada el binomio coste-beneficio a través de la eficiencia energética en los edificios y mediante el aislamiento como primera medida de mejor relación coste-beneficio para combatir el cambio climático. Además, demuestra que emprendiendo cambios significativos en los objetivos de la política climática, la Unión Europea alcanzará éxitos por extensión en otras políticas encaminadas al ahorro de energía y el desarrollo de nuevas tecnologías.


IPUR, la Asociación de la Industria del Poliuretano Rígido en España, centra su actividad en impulsar iniciativas de mejora del aislamiento térmico de los edificios en nuestro país. IPUR promueve el uso del poliuretano en la edificación de diversas formas: proyección “in situ”, paneles sándwich y planchas. En todas ellas se manifiestan las principales prestaciones del poliuretano: máximo aislamiento, resistencia a la humedad, durabilidad y protección del medio ambiente. En España, el poliuretano representa ya el 60% del aislamiento térmico en la edificación.

 
 
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