Laboratorio Central EPAL

Armstrong ha participado en el nuevo laboratorio central de la empresa portuguesa EPAL que se dedica al control y análisis de muestras de agua de su red de abastecimiento. Entre las premisas arquitectónicas de Gonçalo Byrne, autor del proyecto, constaba crear un espacio luminoso con un alto nivel de asepsia, dada la actividad que allí se ejerce. Los techos acústicos Metal R-Clip Swing-down de Armstrong han sido el complemento adecuado para conseguir un entorno confortable, también a nivel higiénico.

Las relaciones entre los laboratorios y la arquitectura son cada vez más habituales. Lejos de intentar crear espacios fríos y funcionales, los arquitectos solucionan estos equipamientos creando infraestructuras singulares, dejando para las estancias dedicadas en exclusiva a la actividad científica aquellas decisiones arquitectónicas que quizá resulten menos atractivas visualmente. Los laboratorios centrales de la empresa portuguesa EPAL son un claro ejemplo de esta natural simbiosis. 

La fachada planteada por el arquitecto Gonçalo Byrne para estos laboratorios consiste en una envolvente en tonos oscuros que alterna grandes ventanales con planos ciegos con el objeto de conseguir el control del calor y la iluminación procedente del exterior. El programa del edificio es complejo, por lo que ha sido necesario optimizar la distribución de los espacios.

Las dependencias se articulan con la intención volumétrica de concentrar las áreas por sectores, y reducir los espacios entre las vías interdependientes. A ello se le une, por un lado, el imprescindible control diferencial del acceso de personas y de la entrada de muestras de agua, y por otro, las distintas necesidades de los laboratorios y áreas de estudio.  

El edificio resultante del programa de necesidades se ha distribuido en tres plantas. En el sótano se ubica el aparcamiento, la zona de acceso de transporte de las muestras diarias y los laboratorios de apoyo. En el nivel 0, se distribuyen el acceso peatonal, el departamento de administración, el área de soporte técnico y la unidad de muestreo, análisis y microbiología.

En la primera planta, se orgaqnizan los sectores de química inorgánica y orgánica. La circulación horizontal se ha generado de forma que se crean diferentes tipos de dependencias para localizar en fachada aquellos laboratorios que precisan luz natural, y, en el interior, aquellos que necesiten evitarla. Un corte volumétrico a doble altura rasga el edificio en su centro para introducir luz cenital.

La señalética del edificio le da cierto punto de diseño y de color a un equipamiento preocupado por lucir una imagen pulcra y con cualidades asépticas.

Es en este punto donde los techos acústicos Armstrong juegan un papel esencial. Tanto en los pasillos como en los laboratorios, se han instalado techos acústicos Metal R-Clip Swing-down de Armstrong. Son diferentes soluciones en bandas y placas metálicas fabricadas en acero galvanizado y cubiertas por una capa de pintura de poliéster en polvo para facilitar la limpieza de los espacios.

Metal es un techo acústico que se puede instalar en entornos de sala limpia cuya clase de limpieza deba alcanzar la ISO 5 (la antigua norma federal 209E de los EEUU – Clase 100). La versión Bioguard lleva además una pintura especial que reduce de forma activa el desarrollo y la proliferación de bacterias. En los laboratorios EPAL se ha tenido en cuenta también que las distintas placas facilitasen el acceso a las instalaciones, por lo que todos los techos son abatibles (Swing Down). La atenuación acústica de este tipo de techo podría llegar a 47 dB, según el modelo.

Criterios técnicos de Armstrong para laboratorios

Ficha de proyecto

 
 
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