Alfredo Sanz, presidente del Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE)

Alfredo Sanz, presidente del CGATE

El Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE) es una corporación de derecho público que posee personalidad jurídica propia y plena capacidad para el cumplimiento de sus fines, configurándose como el organismo representativo de la profesión y coordinador de su organización colegial, a nivel estatal e internacional. Alfredo Sanz, presidente del CGATE, explica en esta entrevista la importancia de la Guía para la elaboración del ‘Libro del Edificio Existente’ para impulsar las ayudas a la rehabilitación, las novedades que integra la actualización de la calculadora energética del CGATE y el compromiso de la profesión para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.

Alfredo Sanz analiza en esta entrevista los principales retos del sector de la construcción en la actualidad.

CONSTRUIBLE: El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) ha presentado recientemente la Guía para la elaboración del ‘Libro del Edificio Existente’ para impulsar las ayudas a la rehabilitación, en cuya creación ha participado el CGATE. ¿A quién va dirigida esta guía y que acogida ha tenido hasta el momento? ¿Cómo contribuye la divulgación de este libro en la rehabilitación a medio y largo plazo? Y en cuanto al lanzamiento de nuevas guías por parte del CGATE, ¿qué recientes o nuevas publicaciones tenéis previsto llevar a cabo?

Alfredo Sanz: La importancia de la Guía para la elaboración del ‘Libro del Edificio Existente’ (LEEx) reside en que se trata de un instrumento fundamental para que las comunidades de propietarios puedan conocer cuál es el margen de mejora energética que pueden conseguir en sus edificios durante la fase de rehabilitación y también de mantenimiento.

Hay que tener en cuenta que dentro del RD 853/2001, por el que se regulan las ayudas destinadas a la rehabilitación de edificios, uno de los programas subvencionados es precisamente la elaboración del LEEx, con unas cuantías máximas que oscilan entre los 760 y los 3.500 euros dependiendo del número de viviendas del edificio. Pero, además, en el LEEx no solamente se evalúan las opciones de mejora energética, sino también aquellas que aseguran las condiciones de habitabilidad del inmueble, como es la accesibilidad y salubridad.

En este sentido, esta guía va dirigida tanto a técnicos cualificados, como a los propietarios y usuarios de viviendas, ya que su contenido, de fácil lectura, cuenta con ejemplos ilustrativos que puede interpretar cualquier persona sin conocimientos técnicos en construcción. Precisamente, por este motivo, la guía está teniendo una buena acogida tanto por parte del ciudadano como de los profesionales. Sin duda, es la mejor herramienta para conocer las ventajas de la rehabilitación y la oportunidad que existe para aprovechar las ayudas vigentes en cada momento, tanto a corto, medio o largo plazo.

La labor editorial didáctica del CGATE no se queda aquí. También hemos elaborado la ‘Guía Edificios y Salud. Las 7 llaves de un edificio saludable‘, ‘Los estándares para la Dirección de Ejecución de Obras’, ‘Ratios Nacionales. Generación de Residuos y Demolición‘, Guías sobre BIM y Lean Construcción, y otras conjuntamente con otras entidades, como ‘¿Cómo gestionar la accesibilidad en edificios?’, entre otros manuales de práctico uso.

CONSTRUIBLE: Recientemente, el CGATE ha actualizado su calculadora energética con la finalidad de ayudar al consumidor a calcular la cuantía de la ejecución de los trabajos de rehabilitación. ¿Cómo funciona? ¿Qué novedades integra esta actualización? ¿Qué datos se necesitan para realizar este cálculo?

Alfredo Sanz: A través de esta calculadora energética el ciudadano puede conocer, a partir de los datos, la etiqueta energética de su vivienda o del Certificado Energético del Edificio (CEE), los costes energéticos que demanda su piso o su bloque de viviendas teniendo en cuenta los precios actuales de la energía (gas, gasóleo y electricidad).

Pero, ahora, además, con su última actualización, esta herramienta estima el coste necesario de una rehabilitación, aplicando las ayudas vigentes, según el Real Decreto establecido por el Ministerio, sin necesidad de conocer el CEE. Solo es necesario aportar datos como la provincia, altitud y superficie del edificio.

Teniendo en cuenta aquellas actuaciones susceptibles de subvención para conseguir un ahorro de la energía superior al 30%, como es aplicar un sistema de aislamiento térmico externo (SATE), aislamiento en cubierta o sustitución de las ventanas, se puede conocer el coste neto orientativo que supondría la rehabilitación de un edificio de viviendas. Son ya casi 10.000 las descargas realizadas con la calculadora energética.

CONSTRUIBLE: Desde el CGATE se consideran los Objetivos de Desarrollo Sostenible desarrollados por Naciones Unidas como un guion imprescindible que debe estar presente en las actuaciones y en la forma de desarrollar el ejercicio profesional. ¿Qué acciones proponéis para conseguir edificios respetuosos con el medio ambiente? ¿Qué puede hacer la arquitectura técnica para cumplir con los ODS? ¿Cuál es el compromiso de la profesión?

Alfredo Sanz: Desde el CGATE consideramos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) una herramienta fundamental de cara al desarrollo y buen hacer en la arquitectura técnica. En este sentido, los arquitectos técnicos tenemos un importante papel que cumplir dada nuestra intervención en el proceso de construcción, mantenimiento y rehabilitación del parque edificado, por lo que actúan de manera directa en muchos de los ODS.

Para informar adecuadamente de los objetivos desarrollados por las Naciones Unidas, el Consejo está desarrollando pequeñas guías informativas referentes a los ODS desde la perspectiva de la arquitectura técnica, que permitan la difusión de estos y favorezcan su consecución para el año 2030. A través de estos boletines informativos, damos visibilidad a los proyectos sostenibles impulsados por compañeros y compañeras, para concienciar a nuestro colectivo de los valores positivos que genera la aplicación de los ODS.

También desde el CGATE organizamos actividades propias para seguir desarrollando cada uno de los objetivos que consideramos que afectan a nuestra profesión.

CONSTRUIBLE: Habéis participado en el libro ‘Edificios y salud: reinventar el hábitat pensando en las personas’. La publicación ahonda en los aspectos que más impactan en el bienestar y establece criterios y estrategias para construir edificios más saludables. ¿Podrías indicarnos cuáles son esos criterios? ¿Qué correlación existe entre la salud física y el estado del edificio?

Alfredo Sanz: Hay que empezar a construir y rehabilitar pensando en la salud y en el bienestar de las personas. Efectivamente, en este manual se establecen diferentes criterios en función de nueve campos fundamentales: el confort higrotérmico; la calidad del aire y salubridad; los materiales; la calidad y el confort acústico; la iluminación; la ergonomía, la movilidad y accesibilidad; la calidad del agua; el electroclima y las tipologías saludables.

Por lo que respecta a la correlación entre la salud física y el estado del edificio, esta es más que evidente. Si un bloque de viviendas se construye mal y presenta deficiencias en el aislamiento térmico o acústico, en la iluminación, e incluso en la ventilación, sus efectos redundarán, a la larga, en la salud de sus residentes.

CONSTRUIBLE: El último estudio realizado por el CGATE sobre calidad del aire interior concluye que el 58% de las viviendas españolas son poco saludables para las personas que las habitan. ¿Cómo se evalúa la calidad del aire interior? ¿Cuál es la situación en España en este ámbito? ¿Cómo se pueden mejorar estos datos?

Alfredo Sanz: Así es, recientemente hemos publicado un informe pionero, el ‘Estudio sobre la calidad del aire interior en las viviendas‘, que analiza cómo el CO2 se mantiene en altas tasas de concentración en los hogares españoles, dos años después de la pandemia y pese al esfuerzo por adoptar medidas para ventilar las distintas estancias.

A través de las mediciones realizadas en los salones y dormitorios de 31 viviendas repartidas por toda la geografía española, el estudio no solo recoge que el 58% de las viviendas son consideradas poco saludables para la salud de las personas, concretamente en los salones, sino que también analiza los dormitorios, con porcentajes incluso más preocupantes. En este sentido, en las habitaciones, el 71% de los hogares no son saludables, y cuando la puerta está cerrada, alcanza el 100%.

No obstante, la concentración de CO2 varía en función del punto del tipo de estancia y de la comunidad autónoma donde nos encontremos. Por ejemplo, en Andalucía, un 84% de los dormitorios de las viviendas tiene valores superiores a los 900 ppm, que es la cota a partir de la cual se considera que la calidad del aire es mala, mientras que en la zona centro (Castilla y León, Madrid y Aragón), un 39% de los hogares supera el valor recomendado de 900 ppm en sus salones.

Otros valores estudiados que afectan a la calidad del aire interior de los hogares, es su antigüedad, el tipo de ventana que tienen y el ratio de superficie de la vivienda por persona.

Estos datos, que son alarmantes, se pueden mejorar si prestamos atención a la calidad del aire que respiramos a través del uso de detectores de CO2, y ventilando regularmente las estancias. Obviamente, también las ayudas destinadas a la rehabilitación de edificios pueden ayudar a hacer más saludables y sostenibles las viviendas.

CONSTRUIBLE: Analizando el sector de la construcción en la actualidad, ¿cuáles crees que son los principales retos a abordar para su descarbonización? Y en cuanto a la llegada de los fondos europeos en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de España, ¿qué oportunidades se presentan en España?

Alfredo SanzNos encontramos ante una oportunidad única, y diría que también obligada, para que las comunidades de propietarios y particulares aprovechen estas ayudas que pueden suponer hasta el 80% del coste total de la rehabilitación.

Las estadísticas no mienten: 5,5 millones de edificios y 9,7 millones de viviendas se construyeron antes de 1980, fecha en la que aparece la primera normativa sobre condiciones térmicas en los inmuebles. Y más del del 81% de los edificios tienen una calificación energética E, F y G en términos de emisiones y el 84,5% si hablamos de consumo energético. Nuestras viviendas son auténticos sumideros de energía. Por lo tanto, si como contempla el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) es necesario rehabilitar 1,2 millones de viviendas, 300.000 cada año hasta 2030, no nos queda otra alternativa que renovar energéticamente los edificios con los fondos europeos.

Dicho esto, el primer reto es convencer al ciudadano de que es necesario rehabilitar su vivienda o edificio para conseguir la descarbonización del parque inmobiliario. Las ayudas están, pero faltan campañas de concienciación. Es importante que las rehabilitaciones integrales de edificios se repliquen, que el vecino de la comunidad de propietarios colindante sepa que es posible acometer, con garantías, las ejecuciones necesarias para hacer más saludable y sostenible su vivienda.

Las ventajas de los propietarios ya las conocemos: mayor ahorro energético y revalorización de sus viviendas. Pero la rehabilitación también representa una oportunidad para España como país: la reducción del consumo energético, y en consecuencia, de la dependencia que tenemos de países terceros para conseguir esta energía. También disminuirán las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera y se generará empleo estable y de calidad.

 
 
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