El Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado recientemente la primera Ordenanza de aprovechamiento de aguas grises, una normativa pionera que regulará el uso de este tipo de aguas en edificios nuevos y rehabilitados que cumplan determinadas condiciones. La ordenanza establece la obligación de instalar sistemas que recojan y reutilicen el agua procedente de duchas y bañeras para usos no potables, como el llenado de cisternas, el riego o la limpieza.

Esta ordenanza se enmarca dentro del Plan de Recursos Hídricos Alternativos del Pla Clima y se suma a otras iniciativas ya implantadas por el consistorio, como el uso de agua freática para riego o limpieza viaria.
Nuevas viviendas, hoteles y equipamientos deportivos
Esta medida se aplicará a nuevas construcciones residenciales con más de 16 viviendas, así como a aquellos sometidos a grandes rehabilitaciones que supongan una sustitución total del edificio, aunque se conserve la fachada u otros elementos estructurales.
La normativa también será obligatoria para otras tipologías de edificios, como oficinas, hoteles o instalaciones deportivas, siempre que el consumo anual de agua supere los 595 m³ y sea viable su uso para fines no potables, como el llenado de cisternas, el riego por goteo o el baldeo. Quedan excluidos de esta obligación los centros sanitarios, las guarderías y los edificios que ya utilicen agua regenerada.
En conjunto, la medida se aplicará al 70% de las viviendas de obra nueva o sometidas a grandes rehabilitaciones, al 100% de los hoteles y a cerca del 90% de las instalaciones deportivas. Se estima que permitirá un ahorro anual de aproximadamente 136.000 m³ de agua potable en toda la ciudad.