El Análisis del Ciclo de Vida es el criterio correcto para que profesionales y ciudadanos elijan el mejor material aislante.

AFELMA (Asociación de Fabricantes Españoles de Lanas Minerales Aislantes) tiene el convencimiento de facilitar información a los usuarios y profesionales que les permita elegir con libertad plena y adoptar sus decisiones de compra de materiales aislantes con responsabilidad. Por ello, quiere contribuir a la difusión de estos conocimientos básicos a través del siguiente vídeo:

En este sentido, AFELMA se hace eco de los estudios de EURIMA (European Insulation Manufacturers Association) sobre el alto coste medioambiental que tendría lugar si no se lleva a cabo un correcto aislamiento de los edificios.

Según dicho estudio, una familia que decide rehabilitar su casa con aislamiento puede ahorrar 11 toneladas de CO2 al año. Para conseguir un ahorro similar, tendrían que deshacerse de dos coches de gama media, cancelar sus dos vacaciones anuales, dejar de comer ternera y empezar a ducharse con agua fría.

Por otra parte, AFELMA quiere contribuir al conocimiento y difusión entre profesionales y ciudadanos del Análisis del Ciclo de Vida del Aislamiento, el mejor criterio para elegir el mejor material aislante.

El citado análisis compara el coste energético de producir lanas minerales y las ventajas de su uso a fin de determinar su impacto en el medioambiente y su sostenibilidad. En este examen se tiene en cuenta desde las materias primas empleadas en la producción de las lanas minerales hasta el final de la vida útil del edificio, pasando por la energía empleada en la producción, transporte y retirada del producto.

  1. Materias primas. En primer lugar, es preciso saber que las lanas minerales (lana de roca o lana de vidrio) provienen de materias primas abundantes en todo el planeta –roca volcánica o arena – y de cantidades cada vez mayores de contenidos reciclados, briquetas o vidrio reciclado.
  2. Fabricación. A partir de la fusión de las materias primas se consiguen los filamentos entrelazados que conforman los productos de lana mineral (que atrapan el aire en su interior, haciendo de este material un excelente aislante térmico y absorbente del sonido). Este no es un proceso energético muy intenso, ya que un producto medio de lana mineral puede ahorrar a lo largo de su vida útil 300 veces la energía necesaria en su fabricación, transporte y retirada.
  3. Transporte. Para obtener un impacto positivo en sostenibilidad, un material debe transportarse fácilmente. Y en esto la lana mineral es perfecta, pues sus productos pueden comprimirse hasta en 10 veces su volumen. Menos camiones dan lugar a menos emisiones producidas por el transporte.
  4. Uso. Una vez que el aislamiento llega al lugar de construcción, su facilidad de uso entra en juego. Primero, porque los recortes de material sobrante pueden volver a la fábrica para su reciclado y, segundo, porque es muy fácil de instalar. El producto es flexible y los instaladores pueden adaptarlo a cualquier espacio y forma.
  5. Sostenibilidad. Cuando el producto de lana mineral ya se ha instalado, empieza a actuar su potencial de sostenibilidad. Reducirá drásticamente la energía necesaria para mantener el edificio caliente o frío y proporcionará una gran mejora en el confort interior.

Incluso al final de la vida del edificio que ha protegido durante muchos años, el aislamiento de lana mineral da lugar a un impacto positivo en sostenibilidad, ya que puede incorporarse de nuevo al sistema para su reutilización como nuevo aislamiento, protegiendo otro edificio y a sus habitantes, o para reciclarse en un nuevo producto.

 
 
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