Dos Casas Curales de 1801 catalogadas obtienen una calificación energética A tras una rehabilitación integral.

Oneka Arquitectura acaba de finalizar la ejecución de la rehabilitación de dos Casas Curales en Loiu, obteniendo la calificación energética global A.

Las denominadas Casas Curales son dos históricas edificaciones residenciales que están catalogadas, según las Normas Subsidiarias de Loiu y están adscritas a la legislación específica vigente del Patrimonio Histórico Artístico. Construidas en 1801, por Juan de Zabala y Juan Antonio Acha, han permanecido prácticamente inalteradas exceptuando una modificación llevada a cabo durante la desamortización de Madoz.

Previo al comienzo de las obras, se rehabilitó la cubierta de ambas casas debido al estado de deterioro que presentaban. La envolvente del edificio estaba formada por gruesos muros de mampostería sin ningún tipo de aislamiento y carpinterías que en el mejor de los casos eran de madera con vidrio simple.

Desde Oneka se propuso una actuación de restauración, recuperando la mayoría de elementos existentes y minimizando la demanda térmica del edificio.

Para alcanzar este objetivo se actuó primeramente sobre la envolvente térmica. Dotando a las edificaciones de 8 cm. de lana de roca por el interior de los muros, cubriéndolo con placas de yeso laminado, prestando especial atención al aislamiento de cubierta y solera.

A nivel de instalaciones, se dota a cada uno de los edificios de una instalación de captación solar con acumuladores en cada vivienda, que permiten precalentar el agua de las calderas de condensación, siendo éstas de las más eficientes del mercado.

Por otro lado y para cumplir con las exigencias normativas sin acusar pérdidas de calor se instala una ventilación mecánica controlada de doble flujo. Esto es, se extrae el aire viciado desde los cuartos húmedos hacia el exterior del edificio, y a través de un intercambiador de calor, se precalienta el aire del exterior con el calor residual del aire interior. De esta forma es necesaria menos energía para calentarlo.

Otro de los aspectos clave de este proyecto es la elección de carpinterías. Debido a que los huecos del edificio son los lugares por donde se pierde más energía por metro cuadrado y a que los edificios se encuentran en la huella sónica del aeropuerto de Loiu era importante dar una buena solución. Se colocaron carpinterías de madera con acristalamiento reforzado acústicamente y bajo emisivo.

Una vez llevada a cabo la obra, los edificio no sólo cumplen con la normativa existente relativa a la demanda energética, si no que la han mejorado en un 55%. Consumiendo 49,3 kWh/m2 lo que representa un total de 14.514 kWh anualmente. Se reducen las emisiones de CO2 a 2970 kg/año que resulta ser un 72% menos que un edificio que cumpla estrictamente con el CTE. De esta forma se obtiene una Calificación Energética A.

Esta actuación ha sido objeto de una subvención del Ente Vasco de la Energía (E.V.E.) que ha tramitado Oneka Arquitectura, demostrando que las intervenciones en el Patrimonio Histórico también pueden hacerse con criterios de Eficiencia Energética.

 
 
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