Airlab, un edificio de consumo casi nulo que servirá de laboratorio para la arquitectura sostenible

airlab

El proyecto residencial Airlab, actualmente en fase de ejecución en Gran Canaria, será un edificio de consumo casi nulo, construido bajo los parámetros del estándar Passivhaus y en proceso de certificación con la herramienta VERDE de Green Building Council España (GBCe). Un singular proyecto que pretende servir como experiencia piloto para conocer cómo la arquitectura y la edificación sostenible pueden adaptarse a un clima tan variable como el canario.

Foto del estado actual de la construcción de Airlab.

Se trata de una vivienda unifamiliar con dos plantas, y un local en la planta baja, destinada a vivienda vacacional para personas con movilidad reducida. Pero además, servirá como proyecto piloto para estudiar la adaptación y mitigación del cambio climático en las islas y promover una construcción bioclimática.

Airlab busca desarrollar un modelo de construcción basado en intervenciones multifactoriales, adaptadas a las circunstancias de la vida actual, a la realidad poblacional, al cambio climático y a la normativa de Europa 2020, es decir, busca generar edificios de consumo casi nulo y «accesibles de forma desapercibida», con el objetivo principal de conseguir que esta construcción pueda ser replicable.

Es un edificio eficiente y sostenible con estructura de madera CLT (certificada PEFC), diseñado por la arquitecta canaria Silvia Álvarez Ferri, y cuyo promotor es Espacio de Consulting Sostenibilidad SL.

Edificio de consumo de energía casi nula

En la fase de diseño se han implementado todas las medidas de eficiencia energética. Según señala la arquitecta, «Airlab es una apuesta que recoge los conceptos de arquitectura sostenible desde el EECN hasta la bioconstrucción, pasando por otros aspectos como la sostenibilidad aplicada a la accesibilidad desapercibida, la estanqueidad, la ventilación eficiente, la integración de vegetación en la construcción, etc».

Interior de la primera planta del edificio Airlab.

El edificio ha sido diseñado como un laboratorio experimental de investigación en torno a la construcción sostenible. El objetivo es comprobar el comportamiento energético y la calidad del interior a través de la monitorización del edificio a lo largo del año. De este modo, podrán conocerse los resultados que ofrecen las estrategias que se han aplicado en su construcción, dando lugar a reconocer posibles mejoras de diseño para futuras construcciones en las Islas Canarias siguiendo estos criterios.

La simulación del comportamiento energético del edificio, incorporando las estrategias de diseño bioclimático de la envolvente y la utilización de energías renovables (ACS, ventilación y climatización) indica, según afirman los arquitectos, acercarse al balance energético positivo de la construcción, por lo que se prevé que a lo largo del año el consumo energético sea nulo, con balance positivo produciendo energía.

Foto tomada durante la construcción de la estructura de madera.

Con el fin de gestionar eficientemente el agua en el edificio, se han instalado economizadores en griferías, cisternas de doble carga y ducha eficiente para el ahorro de agua. Además, durante la construcción se ha tenido en cuenta también, mediante un proceso de construcción en seco de la estructura de madera.

El edificio contará con aerotermia para agua caliente sanitaria (ACS), ventilación eficiente mediante sistema de filtración natural con paneles de vegetación y recuperador de energía, y paneles fotovoltaicos a modo de tamiz de sombra en cubierta.

Estructura y envolvente de materiales naturales

Para la construcción de este edificio se ha priorizado la integración de materiales locales, renovables y reutilizables, con Declaración Ambiental de Producto que permite conocer su trazabilidad del producto.

Fachada de Airlab durante el proceso de construcción.

Para el sistema constructivo de la fachada, con alta exposición solar debido a su orientación sureste, se ha desarrollado un sistema de fachada con baja transmitancia térmica: una fachada ventilada con aislamiento.

En la envolvente exterior se ha utilizado piedra, placa de yeso revestida reforzada con fibra de vidrio con acabado continuo, y se ha revestido con morteros naturales de silicato, montado sobre rastreles de madera termotratada. Para el acabado se propone un color muy claro que permita la disminución de la temperatura de la superficie exterior del cerramiento mediante la reflexión y con muy baja absorción.

Imágenes del antes y después de revestir las paredes de la primera planta de madera.

En relación a la envolvente interior, en las paredes y falsos techos se han instalado trasdosados con paneles de yeso de arcilla y caña, revestidos con morteros naturales de yeso de arcilla, montados sobre rastreles de madera PEFC con aislamiento insuflado Pureone Pure Floc KD de Ursa.

Los suelos llevan incorporados 20 mm de aislamiento Ursa Terra Sol T70P de Ursa sobre forjado de CLT, lámina protectora geotextil, 60 mm de solera húmeda de hormigón, y 18 mm de pavimento con losa hidráulica artesanal valenciana.

Paneles de arcilla (izquierda) y trasdosado de arcilla (derecha).

Se ha ejecutado una cubierta ventilada, para proteger de la exposición solar, con 8 cm de aislamiento térmico Ursa XPS F N-III L sobre forjado de madera CLT, rastreles de madera formando la pendiente, bajo tablero OSB, sobre el que se impermeabiliza con láminas de EPDM (caucho elástico formado por etileno, propileno y dieno). Una composición de la que resulta una baja transmitancia térmica (<0,2 W/m2k) acabada con entarimado de madera tecnológica.

Las carpinterías son de madera laminada con vidrio doble de baja emisividad y baja transmitancia térmica ( <1,4 W/m2k). En relación a la protección solar de los huecos de fachada, para evitar la radiación solar sobre la carpintería permitiendo su incidencia en invierno, se instalará un sistema de lamas de madera proyectables montadas sobre puertas abatibles.

Aislamiento ecológico de altas prestaciones

Dentro de las medidas para garantizar la eficiencia energética y la sostenibilidad del edificio, el aislamiento ha sido fundamental. Para ello se seleccionó la lana insuflada Ursa Pureone Pure Floc KD al aportar una combinación equilibrada entre altas prestaciones técnicas y respeto medioambiental.

Insuflado sobre medianera de madera.

Ventajas como su textura, la nula generación de polvo y de compuestos orgánicos volátiles, su incombustibilidad y su gran capacidad de aislamiento y confort térmico y acústico, se suman a las propiedades naturales y ecológicas, además de poseer un alto contenido en material reciclado, haciendo de este producto el material más completo y la razón de su elección para Airlab.

En total, en las medianeras que separan la vivienda de los edificios colindantes se han insuflado 25 m3 de Ursa Pureone Pure Floc KD. Se hará el mismo procedimiento en los falsos techos y los tabiques de la vivienda, mientras que los suelos serán aislados con Ursa Terra Sol T70P, y para la cimentación y la cubierta se utilizará el aislamiento de Ursa XPS F N-III L.

Imagen del aislamiento en medianeras.

Además de los materiales, destaca la importancia del I+D de Ursa en torno a la sostenibilidad de los materiales y que permite desde conocer la trazabilidad de un producto hasta contar con las DAP.

Desde Ursa han prestado apoyo técnico especializado durante el desarrollo del proyecto, aportando un instalador cualificado para instalar el aislamiento insuflado, y formando a un miembro del equipo de arquitectos para poder seguir utilizando esta solución en nuevos proyectos en Canarias.

Interior del edificio Airlab tras esta fase de la construcción.

Pese a los obstáculos encontrados durante la instalación debido a la irregularidad de la superficie de las paredes, el material de Ursa ha resultado ser altamente adaptable y se ha conseguido una ejecución rápida y un aislamiento continuo, libre de juntas y garantizando la estanqueidad a las corrientes de aire. Los instaladores destacan del producto, además de la rápida ejecución, que no se desperdicia nada de material, y no hay recortes ni residuos.

Fotovoltaica y jardín vertical

Además del aislamiento y otras medidas como la instalación de placas fotovoltaicas se implementarán unos jardines verticales en los muros de los edificios colindantes que se elevan por encima de la cubierta de Airlab.

Interior de la primera planta donde se puede ver el ascensor a la izquierda.

La integración de paneles de vegetación autóctona (bajo mantenimiento) por un lado permitirá amortiguar el exceso de radiación solar que recibe la cubierta, y por otro lado actuará como filtro natural frente a las calimas depurando el aire exterior haciéndolo pasar hacia el interior de la vivienda. Servirán para mejorar la calidad del aire interior y exterior, mejorar la temperatura del entorno puesto que disminuirá el efecto de isla calor, aumentará la biodiversidad dentro de la ciudad y mejorará la salud de los ocupantes.

Objetivos ante el cambio climático

La necesidad de mejorar el aporte de aislamiento térmico en la construcción local frente al aumento de las temperaturas, así como de controlar la estanqueidad y la ventilación como recurso estratégico para proteger a la población de la incidencia e intensidad de las calimas, son aportaciones del estándar Passivhaus que según indica la firma de arquitectos que ha llevado a cabo el proyecto, deben ser estudiadas en el nuevo escenario climático, aplicándose siempre de forma contextualizada según la latitud canaria.

Render de la fachada del edificio Airlab.

A corto plazo el objetivo del proyecto es aplicar los valores del estándar para medir los parámetros más básicos del confort, como la temperatura, humedad, y CO2, en el interior de la vivienda mediante la monitorización del edificio a lo largo de su primer año de vida. El objetivo a medio y largo plazo es obtener un pequeño banco de datos históricos del comportamiento del propio edificio que permita interpretar esos datos obteniendo conclusiones aplicables en la mejora del ámbito constructivo local, desarrollando una publicación.

Además, en este proyecto se apuesta por la certificación VERDE con el objetivo de incentivar una construcción con valores más allá del cumplimiento normativo, en busca de la adaptación y mitigación del cambio climático. Según Laudelino Javier Sánchez de León Linares, evaluador acreditado VERDE, el proyecto se puede definir como “un edificio que se adelanta a su tiempo en la lucha contra el cambio climático”.

 
 
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