Diseño arquitectónico sostenible de un nuevo polideportivo en Barcelona de consumo energético casi nulo

polideportivo Camp del Ferro

La nueva instalación polideportiva de Barcelona ‘Camp del Ferro’ es un ejemplo de arquitectura sostenible integrada en el entorno. Los arquitectos desarrollaron el proyecto para minimizar el impacto volumétrico y llevar las emisiones y el consumo de energía a un nivel casi nulo, obteniendo finalmente la certificación LEED Gold.

El nuevo polideportivo Camp del Ferro está ubicado en vía Pare Manyanet, en el barrio de la Sagrera, Barcelona.

Según indica el Ayuntamiento de Barcelona, el polideportivo del Camp del Ferro ha sido diseñado siguiendo los criterios ambientales más elevados. Se han llevado a cabo medidas constructivas que han reducido el impacto ambiental global del edificio y han aumentado su sostenibilidad, eficiencia y confortabilidad. El complejo deportivo alberga tres campos de juego en un área de más de 7.000 m2.

Diseño constructivo sostenible

Para reducir el impacto volumétrico, los diseñadores aprovecharon la posibilidad de enterrar parte de la estructura, colocando dos campos deportivos en las plantas inferiores. El tercero ocupó la planta superior, mientras que la cubierta del segundo campo se convirtió también en un patio de acceso elevado respecto al nivel de la carretera. Esto ha permitido ganar espacio público urbano alrededor del edificio. Un 25% de este espacio es zona de vegetación. El diseño ha permitido el ensanchamiento de la acera y la creación de una plaza exterior en la zona de acceso.

La orientación del edificio se adecúa a las condiciones que ofrece esta ubicación y favorece un máximo uso de la iluminación natural y un óptimo tratamiento térmico. A través de la protección solar de doble piel de la fachada y soterrando parte del edificio se reduce un 30,5% la demanda energética.

El proyecto ha incluido también el uso de materiales constructivos locales que permiten la absorción acústica y evitan las emisiones de contaminantes o su transmitancia. Además se han utilizado materiales con bajos compuestos orgánicos volátiles (COV).

Eficiencia energética e integración con el entorno

La eficiencia energética del edificio deriva, en parte, del enfoque volumétrico del proyecto. La decisión de enterrarlo parcialmente, además de por razones de impacto visual, ha contribuido a mejorar su inercia térmica y a aumentar la ganancia energética. Asimismo, la protección solar, la ventilación cruzada, la iluminación natural o el uso de energías renovables reducen la demanda energética para su funcionamiento.

El equipamiento dispone de dos instalaciones de generación de energía renovable en la cubierta: una instalación solar térmica con una superficie de captación de 117 m² para cubrir el 70% de la demanda de agua caliente sanitaria del polideportivo; y una instalación fotovoltaica, con una potencia pico instalada de 50,56 kWp, que genera parte de la electricidad que necesita el equipamiento para funcionar y que autoconsumirá el mismo edificio, reduciendo, por lo tanto, el consumo de energía de la red. El exceso de energía servirá para abastecer a los edificios públicos cercanos.

La construcción en ladrillo se integra en el entorno visual del barrio, y sus instalaciones solar térmica y fotovoltaica permiten reducir el consumo energético.

En cuanto a la estructura, se utilizó una combinación de ladrillos expuestos en diferentes cuadrículas y múltiples colores, una forma de contextualizar el edificio en el lugar donde se encuentra, teniendo en cuenta que los barrios de Sant Andreu y la Sagrera tienen un importante pasado de arquitectura fabril, con el uso generalizado del ladrillo. Camp del Ferro crea así un diálogo con este contexto, y la utilización de ladrillos diferentes, de distintos colores y distintas texturas ayudan a ‘pixelar’ la fachada, haciéndola más dinámica, vibrante, y llena de luz, según explican los arquitectos.

La cubierta responde a los mismos cánones de diseño, ya que está sostenida por cerchas vistas metálicas de 35 m de altura y completada por una cubierta abovedada invertida, con suaves puntas hacia arriba, integrándose en el entorno y reflejando la tendencia de las cubiertas de los almacenes vecinos.

La cubierta ha sido desarrollada utilizando Renolit Alkorplan F Terracotta, cuyo sistema de fijación mecánica es especialmente idónea para soportes de chapa ondulada en grandes plantas industriales, almacenes, centros logísticos o polideportivos. Rápido y fácil de aplicar, independientemente de las condiciones climáticas, Renolit Alkorplan F proporciona un duradero sellado hidráulico de la cubierta.

 

EMPRESAS ASOCIADAS

 
Patrocinio Oro
Patrocinio Plata
Patrocinio Bronce
Salir de la versión móvil