La directora general de Consumo de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, Fátima Ramírez, ha hecho un llamamiento a la responsabilidad de las personas consumidoras en el uso sostenible de la energía desde sus propios hogares y ha relacionado estrechamente el consumo responsable, la eficiencia y la sostenibilidad de los recursos, con el doble objetivo de proporcionar una mayor calidad de vida a la ciudadanía y de preservar las fuentes energéticas.
Ramírez ha inaugurado en Córdoba junto al director general de la Agencia Andaluza de la Energía, Francisco Bas, la jornada ‘El Consumo de Energía en el Hogar. Eficiencia Energética y Consumo Sostenible’, con la que se pretende trasladar el valor de la energía como un bien escaso y necesario y poner de manifiesto los comportamientos que los ciudadanos pueden adoptar en su vida cotidiana para contribuir al desarrollo sostenible, a través del ahorro, el uso de energías renovables, la elección de medios de transporte más limpios o de electrodomésticos más eficientes.
A la inauguración de este encuentro han asistido también las delegadas provinciales de Salud y de Economía en Córdoba, María Isabel Baena y Carmen Prieto, respectivamente.
Precisamente, esta jornada pretende poner de manifiesto la relevancia de avanzar hacia un modelo energético sostenible en el que el consumo responsable de la ciudadanía es clave, ya que, según los datos de la Agencia Andaluza de la Energía, los hogares andaluces poseen un potencial de ahorro energético medio del 45% de su consumo habitual.
Dicho foro, organizado por la Dirección General de Consumo en colaboración con la Agencia Andaluza de la Energía, está orientado a asociaciones de consumidores, asociaciones de vecinos, colectivos de mujeres y responsables de oficinas municipales de información al consumidor de la provincia de Córdoba, así como a la ciudadanía en general.
Durante su inauguración, la directora general de Consumo se ha referido al “empoderamiento” del consumidor como “agente activo” en el conocimiento y ejercicio de sus derechos y en la configuración de un nuevo modelo de consumo en el que la ciudadanía, a través de sus comportamientos y actitudes, constituye la “verdadera protagonista” desde un “espíritu crítico” a la hora de consumir.