Diseño arquitectónico sostenible en la sede de Banco Popular en Madrid

El Edificio Abelias, sede tecnológica de Banco Popular en Madrid, ha obtenido la certificación LEED Oro de edificación sostenible del Consejo Norteamericano de Construcción Verde (US Green Building Council). Para la construcción de su nueva sede, Banco Popular ha tenido en cuenta los estándares medioambientales más exigentes de la edificación sostenible.

Las premisas fundamentales que se tuvieron en cuenta a la hora de diseñar el edificio fueron crear un espacio donde prevalezca la luz natural sobre la artificial, con una excelente climatización, amplios espacios abiertos y una colonización vegetal integrada en la oficina con cubiertas vegetadas y una fachada con un óptimo aislamiento térmico, lo que favorece el confort interior. Un entorno de trabajo agradable para las personas, que aúne el respeto por el medio ambiente, con la funcionalidad y la eficiencia.

El complejo de oficinas de 52.495 metros cuadrados de superficie construida (en seis plantas en altura, una plata baja y tres bajo rasante), se sitúa en una parcela de 10.565 metros cuadrados, y cuenta con parámetros específicos de sostenibilidad gracias a la aplicación de medidas innovadoras en diferentes áreas, fundamentalmente promoción del transporte sostenible, jardines con plantas autóctonas, captación del agua de lluvia para el riego de jardines, ahorro energético en los sistemas de climatización e iluminación eficiente, racionalización del consumo de agua, calidad de aire interior, luz natural y vistas, prevención de la contaminación y reciclaje, materiales respetuosos con el medioambiente en los acabados interiores.

Con todas estas medidas, además de obtener la certificación de sostenibilidad LEED Oro, el edificio evita unas emisiones de CO2 respecto a un edificio de referencia de 5,05 t CO2/año y una obtiene una clasificación B en su Certificado de Eficiencia Energética.

Diseño del Edificio

Según los autores del proyecto, Arquitectos Ayala: Frente a la opción de construir un macro edificio se piensa en una solución más versátil, flexible y doméstica, trabajando sobre una fórmula más que sobre una forma. En primer lugar, se decidió la orientación norte – sur de las oficinas y a partir de esta premisa se diseñó una trama que organiza la edificación en diferentes bloques de oficinas colocados al tresbolillo, para evitar que se arrojen sombras unos a otros.

Esta disposición de los distintos edificios que componen el conjunto forma una serie de patios que se sitúan alternos sobre la trama, sobre los que se proyecta el protagonismo arquitectónico del edificio. En ellos, o a su alrededor, se proyectan los espacios de reunión, descanso, desahogo, comunicación, espacios en los que el carácter casual de la actividad se potencia con la presencia de luz y verde.

La orientación norte-sur se entiende como obligatoria. Esto no es sólo debido a la reducción del consumo energético que supone el tener un mayor número de horas de luz natural, sino que esta orientación es la mejor para desarrollar el trabajo de oficina y más aun tratándose de una labor mayoritariamente desarrollada con ordenadores.

La repercusión del precio de la fachada sobre el m2 de oficina es un dato que se debe tener en cuenta para equilibrarlo con el bienestar del espacio de trabajo, es decir la luz y las vistas de los puestos de trabajo. Se ha diseñado una crujía de 14,4m de ancho con una luz entre soportes de 12,6m lo que permitirá una planta diáfana e iluminada, sin excesos innecesarios ni sacrificar zonas oscuras.

Dentro de este esquema se despliega un paisaje de oficinas transparente y abierto. Separados por armarios, los despachos se sitúan frente a una fachada, dejando el resto de la planta organizada como oficina paisaje. Mediante el diseño diáfano del espacio se fomenta la comunicación y la interacción como condiciones básicas del trabajo en grupo. A su vez la oficina de planta libre, sin pilares ni interrupciones constructivas, facilita la redistribución de las mesas.

Se ha favorecido enormemente la circulación vertical por el edificio usando las escaleras, lo que independientemente del gran ahorro energético que supone no usar los ascensores para todos los movimientos, mejora la flexibilidad de uso de las plantas y la interrelación de unas áreas y otras, además de favorecer la relaciones personales.

La piel que envuelve los volúmenes es como de papel, captando la luz y reflejándola con brillos atenuados por un conjunto de reflectores solares de cilindros cerámicos, estudiados para un soleamiento controlado que, a su vez, proporciona un juego de colores.

Por último, señalan desde el estudio de Arquitectos, que en el edificio Abelias se ha conseguido proyectar una solución que responde al espíritu que la propiedad nos definió en la primera reunión gastar lo justo, ni más ni menos. Ningún aspecto superfluo, ninguna concepción frívola, pero sí conseguir un edificio rotundo, claro y flexible que mejore con el tiempo y que no envejezca fácilmente como los que sólo atienden a las modas al uso.

Principales estrategias sostenibles

Aprovechamiento de energías renovables

Arquitectos: Arquitectos Ayala

Estructura: MC2

Instalaciones: Aguilera Ingenieros

Paisajismo: Antonio Cantero & María Iza

Iluminación: Arkilum

 
 
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