Iberdrola pide que el reparto de derechos de emisión previsto en PNA 2008-2012 prime las tecnologías limpias de producción.

El Director de Promoción del Negocio de Generación de la Compañía dice que en caso contrario se desincentivaría la inversión. La Compañía pone de manifiesto que, según el borrador del nuevo PNA, la mayor asignación gratuita va a parar a las centrales de carbón ya amortizadas y más emisoras frente a las nuevas plantas de gas. Iberdrola destaca muy positivamente, en cualquier caso, que el nuevo Plan de Asignación hace recaer gran parte del esfuerzo de reducción en el sector eléctrico y obliga a las compañías eléctricas a internalizar el coste del CO2.


El reparto gratuito de derechos de emisión previsto en el Plan Nacional de Asignación (PNA) 2008-2012 debe destinarse a hacer posible el cumplimiento de los objetivos medioambientales fijados en el Protocolo de Kioto, ha señalado José Luis Sánchez Miró, Director de Promoción del Negocio de Generación de IBERDROLA, durante su intervención en las jornadas Kioto II, organizadas por el Institute for International Research (IIR) en Madrid.


En este sentido, Sánchez Miró apuntó, en su ponencia La experiencia práctica de Iberdrola, que dicha asignación gratuita tendría que primar las inversiones en la mejor tecnología de generación térmica disponible para reducir las emisiones de CO2: las centrales de ciclo combinado de gas. Y ha advertido que, en caso contrario, se estaría desincentivando la inversión en las nuevas plantas necesarias para garantizar el suministro en España.


El ejecutivo de Iberdrola ha puesto de manifiesto que, según el borrador de PNA presentado este verano, la mayor parte de los derechos de emisión gratuitos que el Gobierno prevé repartir en el periodo 2008-2012 iría a parar a las centrales de carbón ya amortizadas y más emisoras: 60.000 € por megavatio al año*, más de cuatro veces los 14.000 € anuales por megavatio que recibirían las nuevas plantas de gas.


* Calculando un precio medio de 20 € la tonelada de CO2.


Iberdrola, que en cualquier caso valora muy positivamente que dicho PNA haga recaer gran parte del esfuerzo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector eléctrico frente al resto de los sectores industriales y que las compañías eléctricas deban internalizar el coste del CO2, cree que el reparto por instalaciones planteado no está alineado con el fin último perseguido: una reducción de emisiones al menor coste posible.


Según ha expuesto el Director de Promoción del Negocio de Generación de Iberdrola, el problema de fondo radica en la metodología empleada en el nuevo PNA para llevar a cabo dicho reparto, que se ha basado en:




  1. La asignación por emisiones, que hace que reciban más derechos las centrales más contaminantes. Así, las plantas de carbón no sólo recuperan el coste del CO2 en el mercado sino que además se llevan una subvención mayor por ser más emisoras.


  2. Un balance de energía alejado de la realidad, de elevadas emisiones y que no reconoce las inversiones en reducción de CO2, mientras que, sin embargo, sí reconoce las destinadas a reducir de SO2.


  3. El empleo de unos factores de emisión claramente favorables al carbón (0,92 kg CO2/kWh frente a los 0,75 kg CO2/kWh de la mejor tecnología disponible) y perjudiciales para los ciclos combinados (0,34 kg CO2/kWh frente a los 0,37 kg CO2/kWh de media en España).


  4. Y la utilización de un factor de ajuste único para paliar el déficit de derechos derivado de la metodología empleada, que da lugar a 73 millones de toneladas de CO2, frente a los 55 millones asignados al sector eléctrico. Este factor afecta menos a las tecnologías más emisoras, ya que, al haber sido favorablemente asignadas, soportan mejor la reducción originada por él.

Iberdrola estima que hay que modificar dichos criterios para conseguir que el reparto de los derechos de emisión gratuitos por instalaciones sea equitativo y envíe señales coherentes con los objetivos medioambientales perseguidos. Cabe recordar que, según los últimos datos hechos públicos, España es el país industrializado que más se aleja del cumplimiento de los compromisos establecidos en el Protocolo de Kioto: en 2005 sus emisiones superaron en un 52% las de 1990, cuando no deberían rebasar el 15%.


Iberdrola, uno de cuyos pilares estratégicos es la defensa del medio ambiente y la apuesta por el desarrollo sostenible, ha sido la compañía eléctrica española pionera en defender el cumplimiento de los objetivos fijados en Kioto. Este compromiso se ha plasmado en el Plan Estratégico 2002-2006, centrado en la puesta en marcha de centrales eléctricas que utilizan las tecnologías más limpias de generación. Así, ha pasado en estos años de 0 a 8.100 MW gestionados mediante ciclos, que sólo emiten un tercio de lo que lo hacen las plantas térmicas de carbón, y de 507 MW renovables a 4.004 MW. Iberdrola se ha convertido recientemente en la única eléctrica española, y una de las cinco a nivel mundial, incluida en el Climate Leadership Index, un nuevo reconocimiento internacional que pone de manifiesto su decidida estrategia para combatir el cambio climático.

 
 
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