Se presentan las conclusiones del Proyecto RehEnergía orientadas a la certificación energética de edificios existentes.

Las conclusiones presentadas a continuación pertenecen al Proyecto RehEnergia y están basadas en una metodología del Institut Cerdà orientada a la toma de decisiones para contribuir significativamente a la certificación energética de edificios existentes. Se ha realizado una simulación de 1.730 casos iniciales sobre los que se han hecho 20.000 simulaciones con medidas (36 edificios tipo, en las 12 zonas climáticas y para las 4 orientaciones, y 14 medidas de rehabilitación).

La aplicación de medidas de rehabilitación energética en edificios viviendas puede suponer:

Aislamiento de fachadas

Aislar fachadas comporta un ahorro energético y ambiental debido a que se disminuyen las necesidades térmicas del edificio.

Otro aspecto importante es que la utilización de materiales como la piedra o el ladrillo macizo para las fachadas presenta una elevada demanda en calefacción y una demanda inferior en refrigeración (independientemente del tipo de edificio).

Hay que tener en cuenta que el ahorro energético y ambiental de aislar fachadas está función de la relación entre la superficie de fachada rehabilitada respecto el total de la envolvente: a mayor relación superficie rehabilitada / total envolvente, mayor ahorro.

Sustitución de ventanas

Sustituir las ventanas comporta un ahorro energético y ambiental en función del tipo de edificio pero se puede determinar que en:

Aislamiento de cubiertas

Aislar la cubierta comporta un ahorro energético y ambiental similar entre zonas climáticas frías, templadas y calurosas. Puede cuantificarse un ahorro sobre el consumo de climatización entre el 3% y el 7%, en función de la tipología de edificio, pero que es independiente de la disposición del edificio (aislado o entre medianeras)

Sin embargo, hay que tener en cuenta que el ahorro que se puede conseguir con la rehabilitación de las cubiertas está en función de la relación entre la “superficie de cubierta rehabilitada respecto el total de superficie”. El mayor ahorro se consigue en aquellos edificios con mayor relación “cubierta rehabilitada/superficie total”.

Energía solar para la producción de ACS (agua caliente sanitaria)

La utilización de energía solar es siempre una medida de ahorro de energía primaria no renovable y por tanto un ahorro en las emisiones de CO2. Así pues, el ahorro de energía primaria con la instalación de energía solar para la producción de agua caliente (30-70% del consumo de ACS) y de emisiones es proporcional al porcentaje de energía que se obtiene.

Ahora bien, en este caso, para garantizar estos importantes ahorros energéticos y ambientales es necesario realizar un buen mantenimiento de las instalaciones solares.

Instalación de gas natural para calefacción

La instalación de gas natural representa un ahorro de energía primaria entre el 11 y el 15% respecto al consumo total de un edificio, lo cual comporta un ahorro del 15%-35% en las emisiones de CO2, derivadas de este ahorro energético. Esto es debido a que las pérdidas de energía en la red de transporte y distribución son inferiores en el gas natural frente a las pérdidas en el transporte y distribución en el caso de la energía eléctrica.

Asimismo, el gas natural colabora en la diversificación de fuentes energéticas en el sector doméstico contribuyendo a evitar las puntas de consumo eléctrico y los correspondientes ahorros energéticos, ambientales y económicos.

El consumo de energía final por parte del usuario es menor si se substituye el gasóleo por el gas natural, y mayor si se substituye la electricidad por el gas natural. Además el ahorro económico para el usuario final es elevado debido al bajo precio del gas natural (aunque el consumo final pueda aumentar, el ahorro anual derivado es mayor debido a que el precio del gas natural es inferior) y por tanto el usuario verá reducida su factura.

Mejora de la eficiencia de instalaciones térmicas centralizadas

En referencia a las instalaciones térmicas centralizadas (calefacción central de todo el edificio) cabe destacar que, aunque la renovación constante de los equipos por otros más modernos de mayor eficiencia energética sea una medida de fácil implantación, los ahorros obtenidos suelen ser inferiores a los del resto de medidas (entre 1 y 2% respecto al consumo del edificio) y que esto es debido a que la presencia de este tipo de instalaciones es muy poco representativa en consideración del parque total de edificios.

Mejora de la eficiencia de los equipos de iluminación de zonas comunes

Frente a la renovación de los equipos de iluminación debe promocionarse la implantación de instalaciones eficientes energéticamente, sin embargo aunque el cambio de bombillas y fluorescentes, temporizadores, etc. conlleva importantes ahorros energéticos del orden de 25-80% sobre en la electricidad consumida en la iluminación de las zonas comunes, la baja representatividad del consumo de electricidad para la iluminación de las zonas comunes respecto al consumo total del edificio, entre el 1 y el 2%, hace que los ahorros obtenidos con estas medidas sean poco representativos a nivel de todo el edificio.

Antecedentes del estudio

La necesidad de reducción del consumo energético mundial y las medidas que deben acompañarlo requieren actuaciones claras y decididas tanto de las Administraciones Públicas como del sector privado. En este sentido no sólo son importantes las medidas destinadas al cambio de fuentes de energía utilizadas, sino también medidas cuyo objetivo sea la eficiencia energética (ahorro del consumo energético sin disminuir el confort del usuario).

En este contexto el crecimiento exponencial del parque edificatorio, tanto obra nueva como rehabilitación, ha situado al consumo energético del sector doméstico en el punto de mira de las políticas de contención del crecimiento del consumo energético. Es decir las políticas para la contención del crecimiento del consumo energético serán un factor de contención importante en las políticas globales.

De acuerdo con el Plan de Acción 2005-2007, en el año 2000, el sector doméstico fue el responsable del 9.9% del consumo energético nacional. No obstante, esta cifra ha quedado desfasada viéndose incrementada ostensiblemente, debido a la instalación de nuevos equipos domésticos (aires acondicionados principalmente) y a la generalización de las nuevas tecnologías (ordenadores y otros equipos).

Entre las actuaciones de la administración hay que destacar la aprobación en el 2006 del Código Técnico de la Edificación (CTE) que, entre otros contenidos, regula aspectos energéticos de la capa envolvente y de las instalaciones de los edificios.

Si bien por la importancia de la obra nueva la normativa destinada a estos edificios supone focalizar la actuación en este campo con el fin de obtener importantes ahorros energéticos, la labor de las Administraciones y del resto de los agentes que intervienen en el proceso constructivo no debe menospreciar la rehabilitación de los edificios ya existentes y la implantación de medidas orientadas a la eficiencia energética.

Las conclusiones a las que se han llegado con este estudio abren nuevas vías para la potenciación por parte de las Administraciones Públicas de la rehabilitación, no sólo exigiendo el cumplimiento a los administrados, sino también internalizando dichas medidas tanto en los procesos públicos (pliegos de condiciones) como en las buenas prácticas de actuación pública.

Para ello se debe diseñar todo un mecanismo de promoción de políticas públicas que empiecen por el establecimiento de una normativa marco, que sigan por la materialización de una política de subvenciones y ayudas que anime a los agentes privados (empresas, promotores, comunidades de vecinos) a llevar a cabo rehabilitaciones de las viviendas actuales bajo el prisma del vector energético y finalicen con la implantación de una campaña de sensibilización, información y formación de todas las partes implicadas en el proceso.

Participantes en el Proyecto RehEnergia

 
 
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