Eficiencia Energética de los edificios en Francia, un mercado con poder de decisión en Europa.

En Francia, el sector de la construcción es el que consume mayor cantidad de recursos energéticos, del orden del 40% del consumo final, y del 20% de las emisiones de CO2.

Las decisiones adoptadas durante la Cumbre de Grenelle de l’Environnement, y en particular, la ley del 3 de agosto de 2009, “Grenelle I – relativa a la implantación del “New Deal Verde”, estipula que a partir de 2010 todos los edificios públicos o privados tendrán que ser diseñados conforme al estándar “edificio de bajo consumo”. En efecto, con esta medida se espera reducir el consumo de energía en los edificios, sin que el nivel óptimo de comodidad se vea perjudicado.

El estándar exige que el consumo primario de energía sea inferior a una media de 50 kWh/m2/año, y se aplique a todas las viviendas a partir de 2012. Asimismo, a partir de 2020, los edificios de nueva construcción tendrán que respetar el concepto “energía positiva”, es decir, producir más energía de la que consumen. Por su parte, los edificios ya erigidos tendrán que ser renovados, para alcanzar un consumo entre 90 y 150 kWh/m2/año.

En Francia, la industria de material de construcción ofrece hoy en día equipos y productos de aislamiento mucho más eficaces que los que se podían conseguir anteriormente. Los grupos franceses Saint Gobain y Lafarge son dos de las firmas que lideran este sector. También están presentes, el danés Rockwool, el estadounidense DOW y el alemán Knauff, desarrollando conceptos de viviendas respetuosas con el entorno.

Además, se encuentran dos compañías que se desmarcan por sus verdaderas innovaciones: el Grupo Imerys, líder francés de construcción de paneles solares, y el grupo alemán Viesmann, número uno en producción de células solares en Francia, quien ha construido en su planta de Faulquemont (Lorena) el centro tecnológico del Grupo, destinado a la fabricación de calentadores domésticos de agua y de células solares, de los cuales exporta el 80% de su producción.

Además, para motivar a los particulares a que realicen obras de rehabilitación en términos de eficiencia energética, el gobierno francés concede un préstamo ecológico al tipo 0 con una duración de 10 años, que permite la financiación de hasta 30.000€. De igual modo, ha creado una desgravación/crédito de impuestos llamada “desarrollo sostenible”, que garantiza a los contribuyentes la devolución de una parte de los gastos destinados a la adquisición de equipos y material de alta eficiencia energética de su vivienda habitual (deducción: entre un 15% y un 50% según los equipos).

Por otra parte, La “libreta de ahorros desarrollo sostenible”, exenta de impuestos, permitirá recaudar más de 10 millones de euros para financiar los préstamos de inversión, garantizados por la banca, en colaboración con la ADEME – Agencia Francesa para el Entorno y el Manejo de la Energía.

Naturalmente, para poder beneficiarse de esta ayuda se deben cumplir algunos requisitos, como que el edificio esté en conformidad con los estándares “edificio de bajo consumo” o “rendimiento energético muy alto”. Además, sólo le aplica un 5,5% de IVA, e incluso, y si cumple todas la condiciones, podrá recibir fondos de las autoridades regionales y de la Agencia Nacional de la Vivienda (ANAH).

David Appia, Presidente y Director Ejecutivo de Invest in France, comenta: “las empresas extranjeras deben sacar el mayor partido de las audaces medidas introducidas por el Gobierno francés de eficiencia energética de las viviendas. Estas ventajas convierten a Francia en uno de los mercados más prometedores de Europa.”

 
 
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