La Unión Europea ha desempeñado un papel clave en la negociación de un acuerdo histórico en París, donde 195 países han adoptado un acuerdo climático mundial universal, jurídicamente vinculante. En él se establece un plan de acción mundial para poner el mundo en vías de evitar un cambio climático peligroso, al limitar el calentamiento global por debajo de 2ºC.
Tras una participación limitada en el Protocolo de Kyoto y la falta de acuerdo en Copenhague en 2009, la UE ha sido uno de los pilares para la construcción de una amplia coalición de países desarrollados y en desarrollo a favor de la gran ambición que dio forma al éxito de la conferencia de París. El Acuerdo de París envía una clara señal a los inversores, las empresas y los responsables políticos que la transición global a la energía limpia está aquí para quedarse y los recursos que tenga que alejarse de los combustibles fósiles contaminantes.
El comisario de Energía y Medio Ambiente de la UE y de Miguel Arias Cañete han manifestado que este acuerdo es una victoria importante para Europa, pero más importante aún, es una gran victoria para la comunidad mundial. Europa ha liderado los esfuerzos en París para conseguir un ambicioso y legalmente vinculante a nivel mundial.
Consideran que se han forjado alianzas y ciclos de revisión y transparencia así como un compromiso en el que Europa seguirá liderando la transición hacia una economía de baja en carbono.