El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático urge a reducir a la mitad las emisiones para 2030

Informe 'Cambio climático 2022: mitigación del cambio climático'

Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) han continuado creciendo a lo largo de la última década. Se trata de una tendencia que se debe revertir con urgencia para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, esto es, limitar la temperatura del planeta a 1,5 ºC. Estas son algunas de las conclusiones del informe ‘Cambio climático 2022: mitigación del cambio climático‘ que ha publicado el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas. Los hallazgos del estudio refuerzan la necesidad de reducir a la mitad las emisiones para 2030.

El informe proporciona una evaluación global actualizada del progreso de mitigación del cambio climático.

El informe del Grupo de Trabajo III del IPCC fue aprobado el 4 de abril de 2022 por 195 gobiernos miembros del IPCC, a través de una sesión de aprobación virtual que comenzó el 21 de marzo. Se trata de la tercera entrega del Sexto Informe de Evaluación (AR6), que se completará este año.

Por su parte, el documento ofrece una evaluación global actualizada de los avances y compromisos en materia de mitigación del cambio climático, y se examinan las fuentes de las emisiones globales. Además, explica la evolución de los esfuerzos de reducción de las emisiones y de mitigación, a la vez que se evalúa el impacto de los compromisos climáticos nacionales en relación con los objetivos de emisiones a largo plazo.

Emisiones antropogénicas netas globales de GEI en el período 1990–2019.

En el período 2010-2019, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) medias anuales a escala global han sido las más elevadas que se han registrado hasta la fecha, pero el ritmo de aumento ha disminuido.

En este sentido, el informe recoge el papel fundamental que pueden jugar las energías renovables, y recuerda la disminución de costes experimentada en la última década, que las convierte en unas fuentes de energía asequibles y competitivas. Esto se ha traducido en una disminución sostenida de hasta el 85% en los costes de la energía solar, eólica y de las baterías desde el año 2010.

El gráfico muestra la proporción de emisiones de CO2 antropógenas netas acumuladas históricas por región desde 1850 hasta 2019 y la distribución de las emisiones regionales de GEI en toneladas de CO2 per cápita.

También reconoce el papel de la economía circular, así como de las tecnologías de eliminación de dióxido de carbono para tratar las emisiones residuales de gases de efecto invernadero en sectores difíciles de descarbonizar, al tiempo que evalúa los riesgos asociados. Además, el informe dedica parte de su análisis a la necesaria contribución de los cambios en los estilos de vida a la hora de reducir emisiones, como la apuesta por la movilidad activa, los cambios en la dieta o la reducción de la demanda de energía, entre muchas otras.

El informe señala que para limitar el calentamiento global se necesitarán transiciones importantes en todos los sectores, incluyendo transiciones profundas en los sistemas productivos. Esto implicará reducir de forma contundente el uso de los combustibles fósiles, extender la electrificación, mejorar la eficiencia energética y utilizar combustibles alternativos (como el hidrógeno). Se trata de acciones que podrán resultar en una reducción del 40-70% en las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050.

Procesos de producción de bajas emisiones

Las ciudades y otras zonas urbanas también ofrecen importantes oportunidades para reducir las emisiones. Esta reducción puede lograrse mediante un menor consumo de energía, la electrificación del transporte en combinación con fuentes de energía de baja emisión, y una mayor absorción y almacenamiento de carbono a través de la naturaleza. Hay opciones para las ciudades nuevas, consolidadas y en rápido crecimiento como por ejemplo con los edificios de consumo de energía casi nulo (ECCN).

La reducción de las emisiones en la industria implicará el uso de los materiales de manera más eficiente, la reutilización y el reciclaje de productos, y la reducción al mínimo de los residuos. En el caso de los materiales básicos, incluidos el acero, los materiales de construcción y los productos químicos, los procesos de producción de bajas emisiones o de emisión cero de gases de efecto invernadero se encuentran en las etapas de pruebas o cercanas a la comercialización. Este sector representa aproximadamente una cuarta parte de las emisiones globales por lo que será difícil alcanzar las emisiones netas iguales a cero. Para ello, será necesario crear nuevos procesos de producción, emplear hidrógeno y electricidad de bajas o cero emisiones y, cuando sea necesario, aplicar técnicas de captura y almacenamiento de carbono.

Ilustración sobre la mitigación de emisiones y las estrategias de cero emisiones netas de CO2 y GEI.

La agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra pueden reducir las emisiones, así como eliminar y almacenar dióxido de carbono a gran escala. No obstante, la tierra no puede compensar la demora de las reducciones de las emisiones en otros sectores. Las opciones de respuesta pueden beneficiar a la biodiversidad, ayudar a la adaptación al cambio climático y garantizar los suministros de alimento, agua y madera.

Limitar la temperatura del planeta a 1,5 ºC

Es necesario que las emisiones de gases de efecto invernadero a escala global alcancen su punto máximo antes de 2025 para limitar la temperatura del planeta a 1,5 °C (2,7 °F), y se reduzcan en un 43% para 2030. Por otra parte, también se debe reducir el metano en alrededor de un tercio.

El informe destaca que la temperatura global se estabilizará cuando las emisiones de dióxido de carbono alcancen el nivel cero neto. Para llegar a 1,5 °C se deben alcanzar las emisiones netas de dióxido de carbono iguales a cero a nivel mundial a principios de la década de 2050; para 2 °C (3,6 °F), a principios de la década de 2070.

El informe va más allá de las tecnologías y demuestra que, si bien los flujos financieros son entre tres y seis veces inferiores a los niveles necesarios en 2030 para limitar el calentamiento a menos de 2 °C, hay suficiente capital y liquidez a nivel global para subsanar el déficit de inversión.

Adaptación a los impactos del cambio climático

El análisis resalta también la interdependencia entre mitigación, adaptación y desarrollo sostenible, y subraya la necesidad de garantizar la participación de todos los actores en procesos de decisión inclusivos y transparentes, y que tengan en cuenta los efectos socioeconómicos asociados.

La aceleración de las acciones climáticas equitativas en materia de mitigación y adaptación a los impactos del cambio climático reviste suma importancia para el desarrollo sostenible. Algunas opciones de respuesta pueden contribuir a la absorción y el almacenamiento del carbono y, al mismo tiempo, pueden ayudar a las comunidades a limitar los impactos asociados al cambio climático.

El panel a muestra las emisiones globales de GEI entre 2015 y 2050. Los paneles b, c y d muestran los rangos de emisión de GEI de las rutas modeladas evaluadas en 2030, 2050 y 2100, respectivamente.

Por ejemplo, en las ciudades, las redes de parques y espacios abiertos, los humedales y la agricultura urbana pueden reducir el riesgo de inundaciones y los efectos de isla de calor. Las medidas de mitigación en la industria pueden reducir los impactos ambientales e incrementar las oportunidades de empleo y de negocios. La electrificación con energías renovables y los cambios en el transporte público pueden mejorar la salud, el empleo y la equidad.

El informe también hace un repaso al estado de los flujos financieros para la mitigación y la adaptación, y señala una reducción de su crecimiento medio desde 2018. En este contexto, destaca cómo estos flujos financieros continuaron centrados en la mitigación, aunque con tendencias desiguales, desarrollados de forma heterogénea entre regiones y sectores. Como aspecto positivo, el informe apunta a que los mercados de bonos verdes y otros productos financieros sostenibles (ESG) se han ampliado considerablemente desde el Quinto Informe de Evaluación en 2014.

Participación española en la tercera entrega del informe

Los informes de evaluación del IPCC constituyen la mejor referencia internacional sobre el estado del conocimiento científico en materia de cambio climático. Estos documentos son elaborados gracias al trabajo colaborativo y desinteresado de miles de científicos de primer nivel de los distintos campos del conocimiento.

Es destacable la presencia de cuatro expertos españoles en la elaboración de la tercera entrega del informe. Así, científicos como Luisa Cabeza (Universidad de Lleida), Alejandro Caparrós (CSIC), Laura Díaz Anadón (Universidad de Cambridge) y Xavier Labandeira (Universidad de Vigo) han colaborado aportando su experiencia en capítulos sobre edificios y construcción; cooperación internacional; innovación y transferencia de desarrollo tecnológico; e instituciones y políticas nacionales y subnacionales, entre otros.

Hasta la fecha, el IPCC ha producido informes de evaluación en 1990, 1995, 2001, 2007 y 2014. Para la realización de esta entrega se ha analizado de forma exhaustiva el conocimiento científico sobre la materia, pero también se han tenido en cuenta otras formas de conocimiento, como el saber indígena y el local, en los procesos de mitigación del cambio climático.

De este modo, el documento integra las aportaciones realizadas por las ciencias naturales y sociales, la economía y la ecología para valorar un fenómeno, el cambio climático, que ya se considera como una de las grandes amenazas al bienestar humano en el siglo XXI.

 
 
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