Terranova participa en Holanda en una jornada sobre las últimas técnicas sobre sellado en impermeabilización de vertederos.

Terranova ha sido una de las ingenierías invitadas a formar parte de la misión técnica que se ha desarrollado en Holanda y en la que han participado apenas una docena de entidades públicas y privadas españolas. El objetivo de la misma se ha centrado en conocer los avances en el sellado e impermeabilización de vertederos a través de un innovador sistema denominado Trisoplast. Un método que resulta de gran interés para ingenierías como Terranova, centradas en la incorporación de soluciones innovadoras en el campo medioambiental y especialmente en la descontaminación, tratamiento y depósito de residuos.

Para conocer de primera mano todas las características de esta técnica, los profesionales de Terranova que se han desplazado hasta Holanda para esta misión técnica, han realizado una visita a dos vertederos, en los que han tenido la oportunidad de contemplar “in situ” dos aplicaciones del Trisoplast.

En una de las localizaciones se inspeccionaron los trabajos que se estaban desarrollando para implantar esta barrera mineral en el sellado de base. En la otra ubicación se trataba de un sellado de cubierta, pudiéndose comprobar no sólo su disposición en nuevos sectores sino también el comportamiento y estado de conservación pasados cuatro años desde su colocación en sectores ya clausurados. A través de una serie de catas en la cubierta se pudo acreditar que el material seguía manteniendo las mismas características y funcionalidad tras ese período de tiempo.

Durante esta visita, los profesionales de Terranova han podido comprobar todas las características y las ventajas de Trisoplast, una innovadora técnica, que cuenta en Holanda con una eficacia probada en más de 10 millones de metros cuadrados sellados que siguen manteniendo su seguridad y propiedades como el primer día. Esta técnica es una solución idónea tanto para el sellado de vertederos y la restauración medioambiental, como para la contención y depósito temporal de residuos industriales o para la creación de estanques, depresiones, piscinas o lagos de aspecto natural y duraderos en trabajos de paisajismo.

Esta visita se enmarca para Terranova en la relación técnica que mantiene con la firma holandesa desde hace tiempo para conocer la aplicabilidad real de este sistema en los diferentes tipos de vertederos (no peligrosos, peligrosos). Este sistema se encuentra dentro de las técnicas que los profesionales de Terranova valoran para aplicar en los proyectos que llevan a cabo.

Más prestaciones

El Trisoplast pertenece a lo que se viene a denominar segunda generación de barreras minerales. Se trata de una combinación de arena, bentonita y un polímero especial, siendo este último el compuesto que identifica al Trisoplast. La conjunción de estos elementos consigue crear un nuevo tipo de sellado que supera en prestaciones a los sellados minerales que tradicionalmente se emplean.

Entre las principales ventajas de este sistema destacan la durabilidad en perfectas condiciones a lo largo del tiempo; la facilidad con la que se adapta a su aplicación en taludes y laderas (hasta 1:2) y la rapidez de su instalación al poder generar la mezcla en una planta móvil junto al vertedero a sellar.

Uno de los problemas de las barreras minerales tradicionales estriba en la posibilidad de que, con el paso del tiempo, aparezcan grietas o fisuras. Éstas pueden deberse a variaciones continuadas e importantes de humedad, con el consabido ciclo de secado y humedecido que puede debilitar la cohesión de los materiales, pero también al crecimiento de raíces dentro de la estructura alimentadas por el agua que puede llegar a acumularse dentro.

La estructura interna del Trisoplast hace que estos problemas desaparezcan casi por completo ya que no tiende a degradarse con los ciclos de secado y humedecido, ni a generar fisuras aún cuando existan asientos diferenciales, ya que su consistencia moldeable se adapta a ellos sin producirse rotura. Gracias a la bentonita que contiene se expande más de 10 veces en presencia de agua, por lo que cualquier fisura que pueda aparecer se autorepara por si misma antes de permitir el paso del líquido. El valor añadido que aporta el polímero al Trisoplast es innegable, ya que, entre otras propiedades, gracias a él no llega a producirse la calcificación de la bentonita por lo que las propiedades de la barrera se mantienen inalterables al conservar ésta su capacidad impermeabilizante.

El proceso de fabricación también facilita la colocación del Trisoplast, logrando una espectacular mejora en los tiempos de aplicación. Una planta móvil de amasado se desplaza hasta el lugar de actuación donde procede a la mezcla de los materiales para su posterior extensión y compactación. Cuando sale de la mezcladora el compuesto muestra un aspecto de arena suelta y húmeda pero una vez extendido presenta una gran cohesión que, además, se mantendrá así de manera indefinida.

 
 
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