La Fundación Renovables celebra el primer paso positivo en la creación de un marco regulatorio para el autoconsumo.

Después de más de dos años de tramitación y de repetidos anuncios de aprobación, con varios borradores y diversos periodos de alegaciones, y después de casi un año de que finalizara el plazo de transposición de la Directiva 2009/28/CE de Renovables, el Consejo de Ministros del pasado 18 de noviembre –último antes de las elecciones– dio un primer paso positivo en la creación de un marco regulatorio del autoconsumo con la aprobación del Real Decreto por el que se regula la conexión a red de instalaciones de producción de energía eléctrica de pequeña potencia, aunque todavía no se ha publicado en el BOE. Sin embargo, el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio ha remitido a la Comisión Nacional de la Energía dos normas que desarrollan el decreto aprobado, normas relativas a las condiciones administrativas para el autoconsumo y la facturación.

Para la Fundación Renovables se trata del inicio de un proceso fundamental, tan importante como esperado, que deberá completarse con otras medidas –cuyo desarrollo es un reto para el nuevo Gobierno– y que tiene como objetivo fundamental situar al ciudadano consumidor en el centro del sistema energético para que participe y sea protagonista en la transición hacia un modelo energético en el que el ahorro de energía ha de ser la prioridad fundamental a través del autoconsumo y de las energías renovables. Se abre la posibilidad de que la generación distribuida sea una realidad, de que el ciudadano pueda empezar a pensar que algún día podrá ser soberano para decidir qué energía consume y cómo la consume, lo que tecnológicamente ya es posible.

Aunque nadie ha explicado las causas de tan gran retraso, la Fundación Renovables considera que ahora es preciso recuperar el tiempo perdido para desarrollar el autoconsumo concebido como la posibilidad de que cada centro de consumo sea a la vez un centro de generación y que los ciudadanos puedan generar la energía que necesitan consumir. El autoconsumo es una herramienta clave para ahorrar energía y para el uso racional de la misma; y así ha de concebirse, como la principal medida de ahorro de energía que puede ser un elemento fundamental para afrontar la salida a la crisis económica y financiera actual reduciendo la factura energética que paga nuestro país con la importación de combustibles fósiles. Es obvio que al considerarse como ahorro y no como generación debe estar fuera de los cupos actuales que limitan el crecimiento de las renovables.

El autoconsumo permite integrar las energías renovables en los edificios, en los hogares y en las empresas y en un nuevo concepto de ciudad basado en la eficiencia energética y es el instrumento que más va a contribuir a desarrollar el mercado y la demanda de renovables en el futuro y, por lo tanto, acelerar la competitividad de las tecnologías renovables.

Deberán cumplirse, en la regulación posterior, los criterios que establece la Directiva 2009/28/CE de renovables que tiene como objetivo principal el desarrollo de la generación distribuida a través de la integración de las renovables en la edificación, el urbanismo y el transporte: facilitar la conexión a la red con normas públicas y transparentes y reparto equitativo de costes, simplificación administrativa e, incluso, autorización automática y estabilidad regulatoria. Esta nueva norma constituye la transposición de una parte de la Directiva de renovables y debería ser un punto de partida para completar su transposición al ordenamiento jurídico nacional lo antes posible, ya que el plazo terminó en diciembre de 2010.

 
 
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