La Universidad de Lancaster investiga mezclas de hormigón con fibras de hortalizas para una construcción más sostenible

zanahorias

Los vegetales y hortalizas podrían convertirse en elementos clave para construir edificios más ecológicos. Ingenieros de la Universidad de Lancaster están trabajando con socios industriales en Cellucomp Ltd Reino Unido para investigar cómo las mezclas de hormigón pueden fortalecerse y hacerse más respetuosas con el medio ambiente agregando nanoplaquetas extraídas de las fibras de las hortalizas de raíz.

La investigación estudia la mezcla de hormigón con nanoplaquetas extraídas de las fibras de las hortalizas de raíz.

El trabajo, que cuenta una financiación de 195.000 libras del programa Horizonte 2020 de la Unión Europea, se basará en los hallazgos de pruebas iniciales que han demostrado que las mezclas de cemento, incluidas las nanoplaquetas de remolacha azucarera o zanahoria, mejoran significativamente las propiedades mecánicas del hormigón.

También se ha descubierto que estos hormigones compuestos con vegetales superaban a los aditivos de cemento disponibles comercialmente, y a un coste menor.

Además, al aumentar el rendimiento del hormigón, desde la institución universitaria destacan en un comunicado que se necesitan cantidades menores en la construcción.

Reducción de emisiones

Los estudios de prueba han demostrado que las nanoplaquetas de vegetales de raíz dieron como resultado un ahorro de 40 kg de cemento Portland ordinario por metro cúbico de hormigón, lo que permite un ahorro de 40 kg de CO2 para el mismo volumen.

El profesor Mohamed Saafi del Departamento de Ingeniería de la Universidad de Lancaster, e investigador principal, considera que las hortalizas y vegetales de raíz podrían contribuir en gran medida a reducir las emisiones de carbono en la construcción.

«Los materiales compuestos no solo son superiores a los productos de cemento actuales en términos de propiedades mecánicas y de microestructura, sino que también usan cantidades más pequeñas de cemento. Esto reduce significativamente tanto el consumo de energía como las emisiones de CO2 asociadas con la fabricación de cemento», destaca el profesor.

Asimismo, se ha descubierto que los compuestos de cemento a base de vegetales tienen una microestructura más densa, lo cual es importante para prevenir la corrosión y aumentar la vida útil de los materiales.

Mayor fortaleza

El proyecto de investigación también busca agregar láminas muy finas hechas de nanoplaquetas vegetales a estructuras de cemento existentes para reforzar su fortaleza. Los investigadores creen que las láminas de nanofibras vegetales superarán las alternativas existentes, como la fibra de carbono.

El proyecto de investigación, de dos años de duración, persigue una comprensión completa de cómo las fibras vegetales nanoplaquetas mejoran la mezcla de hormigón.

Los investigadores también buscarán optimizar el rendimiento del hormigón para ayudar a producir una mezcla que pueda utilizarse en la industria de la construcción.

 
 
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