Castellana 77 se convierte en un edificio de oficinas eficiente y sostenible LEED Platinum tras su rehabilitación integral

fachada del edificio Castellana 77

El antiguo edificio Castellana 77 ubicado en el distrito de Azca en Madrid y construido en 1977, ha sido rehabilitado y convertido en un edificio de oficinas vanguardista de 62 m de altura y con una superficie total de 21.000 m2. Los trabajos de rehabilitación integral han dotado al edificio de un alto valor en eficiencia energética y respeto medioambiental, que ha sido reconocido, durante su proceso de rehabilitación, por la certificación LEED Platinum en la categoría Core & Shell otorgada por el US Green Building Council (USGBC) el pasado mes de abril.

Fachada característica del edificio Castellana 77. Imagen: ©luis vidal + arquitectos.

El manejo de la luz natural y la búsqueda de una identidad propia han sido dos de los ejes esenciales sobre los que ha girado el proyecto arquitectónico, llevado a cabo por el estudio de arquitectura luis vidal + arquitectos, un edificio flexible y sostenible que se integrara en el perfil de Madrid.

La rehabilitación de este edificio, propiedad del grupo inmobiliario Gmp, incluye además del cambio de la envolvente, la modernización de todas las instalaciones y la transformación de las 18 plantas sobre rasante (16.261 m2 en total), flexibilizando la distribución en planta baja y planta calle.

Lo más característico del edificio Castellana 77 es que toda la envolvente es de vidrio con alta capacidad aislante. Imagen: ©luis vidal + arquitectos.

La planta calle está preparada para dar cabida tanto a oficinas como a locales comerciales. Se han recuperado las antiguas cuatro plantas destinadas a garaje y aparcamiento, así como una planta más destinada a albergar instalaciones generales del edificio. Las cinco plantas bajo rasante dan cabida ahora a más de 200 plazas de aparcamiento.

Gestión de residuos

La rehabilitación se ha realizado con el uso mayoritario de materiales reciclados y con certificado de origen local. El 39% de los materiales usados eran materiales reciclados, y el 31% eran producidos localmente, y las maderas utilizadas son 100% de origen sostenible certificado.

El proceso de rehabilitación ha contemplado, entre otras actuaciones, la reutilización de elementos arquitectónicos existentes. Se han recuperado más del 98% de los residuos de construcción y demolición (RCD) producidos en la obra.

Se trata de un edificio de emisiones bajas o nulas, dado que el uso del 100% de los materiales no cuentan (o de forma muy reducida) con emisiones orgánicas volátiles.

Nueva envolvente de vidrio aislante

La actuación principal ha implicado la construcción de una nueva fachada con vidrios de baja emisividad. Según la zona y la orientación, este edificio cuenta con varios tipos de fachada: fachada con sistema de muro cortina, fachada de muro cortina con protección de lamas y fachada ventilada.

Imágenes de la fachada con muro cortina, y muro cortina con protección de lamas. Imagen: ©luis vidal + arquitectos.

Se procedió primero al desmontaje de la fachada original que ya estaba envejecida por el tiempo, para instalar posteriormente la nueva envolvente. A este sistema constructivo se añadió en parte de la fachada un sistema extra de protecciones solares mediante lamas de 60 cm de vuelo para dar sombra, y separados de la fachada principal 15 cm para su mantenimiento y limpieza. Estas lamas junto con los vidrios, todos ellos encargados a Guardian Glass, mejoran las prestaciones generales del edificio.

El muro cortina está formado por una subestructura en retícula de aluminio extruido y paneles de vidrio transparente con cámara, capa de control solar, templado interior y laminar exterior con capa selectiva y serigrafía en fachada sur. Se trata de un vidrio tratado de alto rendimiento, con una transmisión luminosa del 70%.

Las luces y sombras se han estudiado en todas las orientaciones de la fachada. Imagen: ©luis vidal + arquitectos.

El vidrio está fijado a la carpintería de aluminio mediante fijaciones ocultas metálicas y silicona estructural. Además contiene gomas de estanqueidad y tornillería inoxidable calidad A2. El sistema permite la libre ventilación de los cantos de los vidrios que evitan las condensaciones indeseadas. El conjunto carpintería – panel de vidrio confiere a la fachada un aislamiento acústico a ruido aéreo.

Uso de lamas de EFTE

Las lamas instaladas en la fachada son de EFTE (Etileno-TetraFluoroEtileno), y han sido diseñadas específicamente para este proyecto con una orientación diferente y una curvatura específica para cada una. Además de dotar al edificio con un distintivo estético, la principal labor de estas lamas es aumentar la eficiencia energética y la sostenibilidad. La distribución de las lamas en la fachada ayudan a proteger a la estructura de las incidencias directas del sol.

El EFTE posee una elevada resistencia a los rayos ultravioleta, lo que lo convierte en una alternativa al vidrio en la edificación, permite el paso de la luz pero no del calor, pesa 100 veces menos que el vidrio, deja pasar más luz, y en configuración de doble lámina es más aislante.

Las lamas se han diseñado con una orientación diferente y una curvatura específica. Imagen: ©luis vidal + arquitectos.

Este diseño ha sido el resultado de un riguroso estudio de soleamiento y sombreamiento en las orientaciones este y sur de la fachada, a diferentes horas críticas de todos los días del año. Este diseño eficiente permite un importante ahorro energético, además de un mayor confort.

Consumo energético, iluminación y calidad del aire

La fachada de vidrio y lamas de protección solar, junto con las prestaciones para la gestión y el control del consumo energético, facilitan el máximo confort térmico y luminoso, pero además consigue una reducción del consumo energético anual del 33% respecto a un edificio convencional de igual uso y superficie. Además, el 95% de los ocupantes de Castellana 77 recibe luz natural y tiene vistas directas al exterior.

Al anochecer las lamas se iluminan con diferentes configuraciones lumínicas a través de los kilómetros de luces LED instaladas. Imagen: ©luis vidal + arquitectos.

La calidad del ambiente interior se cuida mediante un sistema de climatización basado en vigas frías que permite la impulsión exclusiva de aire exterior sin recirculación, con un mínimo salto térmico y bajo impacto acústico, optimizando la calidad ambiental interior. Los sistemas de climatización e iluminación permiten reducciones del consumo energético de un 46% y un 34% respectivamente.

En el proceso de la construcción, se han desarrollado buenas prácticas para mantener una adecuada calidad del aire interior, tanto durante la obra como en fases posteriores; así como buenas prácticas en el mantenimiento para evitar el uso de pesticidas o herbicidas nocivos para la salud.

Render de la distribución e iluminación interior del edificio. Imagen: ©luis vidal + arquitectos.

Durante los trabajos de rehabilitación se han utilizado productos con bajo contenido de compuestos orgánicos volátiles (COVs) en el interior, en pinturas, revestimientos, adhesivos, sellantes, solado, mobiliario y aislamiento, y se ha realizado el control de sustancias volátiles (COVs), partículas, formaldehídos, gases inorgánicos (O3 o CO) y gas radón, así como las acciones necesarias para cumplir con los límites que garantizan una buena calidad del aire interior.

Por otro lado, el edificio consigue una reducción de un 47% en el consumo de agua potable comparado con un inmueble similar, mediante la incorporación de aparatos sanitarios eficientes y vegetación de muy baja demanda de agua. Además, la cubierta de Castellana 77 está dotada de una instalación de paneles solares para la producción de agua caliente sanitaria.

Accesibilidad

La accesibilidad al edificio está garantizada para personas con discapacidad, de acuerdo con el Código Técnico de la Edificación y la certificación de accesibilidad DIGA 5 estrellas. El edificio cuenta con 8 ascensores de gran capacidad dotados de preselección de destino DSC. Se disponen de 6 ascensores del aparcamiento al vestíbulo y al resto de las plantas, y otros 2 ascensores adicionales del aparcamiento al vestíbulo. El edificio prevé un sistema de monitorización de flujos de ocupantes y recorridos para la totalidad de los 8 ascensores.

Render del vestíbulo del edificio Castellana 77. Imagen: ©luis vidal + arquitectos.

El inmueble ha alcanzado la máxima certificación DIGA (Distintivo Indicador de Grado de Accesibilidad), 5 estrellas, y se ha convertido en el primer edificio de oficinas en
ostentar el más alto nivel de esta certificación en la modalidad de Entorno Construido posterior a 2010.

Castellana 77 fue uno de los primeros de Madrid en registrarse en el proceso de certificación WELL Building Standard, centrada únicamente en la salud y el bienestar humano, y se basa en siete años de investigación científica, médica y arquitectónica. Aspira también, según indica la firma, a ser uno de los primeros edificios de España en obtenerla. Asimismo, Castellana 77 ha sido reconocido con el “Premio a la Mejor Arquitectura de oficinas de España 2017-2018” en los European Property Awards Architecture.

 
 
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