Fachada cerámica de alta eficiencia de Faveker en el nuevo Instituto de Investigación del Hospital de Santa Creu i Sant Pau en Barcelona

Instituto de Investigación Sant Pau

El nuevo Instituto de Investigación de Sant Pau (Barcelona) es un edificio donde la investigación y la tecnología de la construcción se ha incorporado en todos los procesos de diseño arquitectónico y constructivo para conseguir las máximas prestaciones posibles con el mínimo coste ambiental, material y económico. El edificio se caracteriza por una impresionante envolvente de piezas de cerámica fabricadas a medida por la empresa Faveker e incorpora los parámetros actuales más exigentes en términos de sostenibilidad y economía circular.

El Instituto de Investigación del Hospital de Sant Pau en Barcelona se caracteriza por una impresionante envolvente de piezas de cerámica de Faveker.

El edificio de 9.700 m2, realizado por Pich Aguilera Arquitectes con 2BMFG Arquitectos, se encuentra en el recinto del emblemático Hospital de Santa Creu i Sant Pau, uno de los mayores conjuntos de la arquitectura modernista española y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

La propuesta ha priorizado las siguientes estrategias: reducción de energías y materiales durante el proceso constructivo, con la priorización de los elementos modulares e industrializados; reducción de la demanda energética mediante estrategias pasivas de diseño arquitectónico eficiente; y reducción de consumos gracias a sistemas activos de alta eficiencia y sistemas de gestión avanzados tanto de clima, iluminación y agua, así como la producción integrada de energía fotovoltaica.

La envolvente como elemento bioclimático

El Instituto de Investigación cuenta con una envolvente de piezas de cerámica que contribuye a una óptima integración con el conjunto modernista del Hospital de Sant Pau, pero también constituye una característica bioclimática que permite el confort y el ahorro energético.

La fachada es una piel cerámica y tecnológica a modo de celosía, con la misma gama cromática que los pabellones históricos del hospital modernista, que cambia de apariencia constantemente a lo largo de todo el día, tanto desde el exterior como en el interior del edificio.

La fachada es una piel cerámica que cambia de apariencia a lo largo del día, tanto desde el exterior como en el interior.

El textil cerámico brinda privacidad a los investigadores y tiene pliegues que protegen el edificio de la radiación solar, disminuyendo así significativamente el coste energético. Estos pliegues hacen, desde algunos puntos de vista, que el mosaico interior policromado aparezca en el exterior.

La innovadora tecnología constructiva de los textiles cerámicos genera efectos de transparencia, color, brillo y textura, posibilitando que las fachadas del edificio se relacionen con la arquitectura histórica desde la contemporaneidad.

Cerca de 45.000 piezas cerámicas de Faveker en forma de mosaico

El lado externo de las piezas cerámicas ha sido tratado con varios tonos de arcilla, similares a los de los ladrillos de los edificios circundantes del hospital. Además, se han utilizado cuatro colores de arcilla natural para combinar con la diversidad de colores de las fachadas de los edificios tradicionales.

En las piezas del interior del edificio se ha utilizado un acabado vitrificado con esmaltes brillantes y vivos.

En las piezas del interior se ha utilizado un acabado vitrificado con esmaltes brillantes y vivos de los mismos colores de las piezas originales de las cúpulas modernistas, en forma de mosaico, recordando las cúpulas del entorno que rodea todo el nuevo edificio.

La celosía también continúa en cubierta y conforma el techo de la planta de acceso. Se trata de un sistema industrializado existente y montado en seco, de láminas flexibles compuestas de una malla de acero trenzado que confina las piezas cerámicas de Faveker, dispuestas en tabla vista.

En total se han utilizado aproximadamente 45.000 piezas cerámicas a medida de la compañía Faveker.

La empresa cerámica ha fabricado las piezas a medida para el proyecto por el proceso de extrusión. En total se han utilizado aproximadamente 45.000 unidades con unas dimensiones de hueco en la malla de 42 cm de ancho y 10 cm de altura.

El sistema cerámico y el diseño de las piezas dotan al conjunto de una textura escamada y con movimiento a la vez que produce una importante reducción de la demanda energética del edificio. Existe una cadencia y un ritmo que va cambiando según la incidencia de la luz natural y el reflejo.

Por su parte, la fachada cerámica permite a su vez la entrada de luz natural de forma tamizada, el espacio interior disfruta plenamente del color de la pieza, y proporciona una privacidad a los investigadores.

Protección de la radiación solar

El sistema está compuesto de piezas cerámicas planas con un pliegue geométrico en forma de alero que permite proteger al edificio de la radiación solar. Las fachadas orientadas a sur tienen un alero horizontal, mientras que en orientaciones en las que el sol incide tangencialmente a la fachada, el pliegue es lateral. Estos pliegues hacen que desde algunos puntos de vista la policromía del mosaico interior aparezca en el exterior.

El sistema, compuesto de piezas cerámicas planas con un pliegue geométrico en forma de alero, protege al edificio de la radiación solar.

El Instituto de Investigación cuenta con climatizadores que tienen un sistema de recuperación de calor y pueden funcionar a modo de free-cooling. Además, un sistema centralizado de gestión de las instalaciones permite detectar el mal funcionamiento y tomar las acciones correctivas en caso de detectar desviaciones en los consumos y ahorros previstos. El edificio cuenta también con un campo de placas solares térmicas y fotovoltaicas.

Máximo ahorro energético y mínimo impacto ambiental

El edificio ha sido diseñado con estrategias de ecoeficiencia que permitirán globalmente un ahorro del 62% del consumo de energía con respecto a un edificio de referencia de la misma tipología que cumpla con la normativa, reduciendo el ratio de consumo hasta 48.5 kWh/m2 año. Además, ha reducido las emisiones de CO2 un 62% al año (ahorro de 31.5 kg de CO2) con respecto a un edificio también de referencia de la misma tipología.

El edificio ha incorporado los parámetros actuales más exigentes en términos de sostenibilidad y economía circular.

En este contexto, el Instituto de Investigación ha obtenido el máximo ahorro energético, con una certificación energética A, y el mínimo impacto ambiental, con la tramitación de la certificación ambiental LEED Gold.

Asimismo, el edificio contribuye además a cinco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: agua limpia y saneamiento (ODS 6), energía asequible y no contaminante (ODS 7), trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8), industria, innovación e infraestructura (ODS 9) y producción y consumo responsable (ODS 12).

Diseñado con parámetros de economía circular

El edificio se ha diseñado bajo los parámetros de economía circular: es desmontable, convertible, y reduce el impacto de materiales. Asimismo, está integrado por componentes fabricados en taller y montados en obra. Esto permite controlar las cualidades, minimizar residuos y energías, aumentar la seguridad de la construcción y posibilita el desmontaje de los componentes.

Por último, la flexibilidad en la adaptación de futuras modificaciones de uso es total. El hecho de garantizar que se pueda reformar íntegramente en el futuro amplía sustancialmente la vida útil del edificio. Además, reduce el impacto de materiales ya que se han eliminado todos los elementos que no han acreditado un valor añadido claro.

 

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