El Centro Común de Investigación (JRC, por sus siglas en inglés) de la Comisión Europea ha publicado un informe en el que se subraya la necesidad urgente de adaptar las infraestructuras y edificaciones ante el cambio climático. El documento expone la creciente importancia de la resiliencia climática y la actualización de estándares como los Eurocódigos de segunda generación. Además, aborda cuestiones clave como el mapeo climático, los riesgos de incendios forestales, la corrosión en estructuras de hormigón armado, y la alineación de políticas y normativas técnicas.
El incremento de eventos extremos, como olas de calor, lluvias intensas, inundaciones y sequías, representa un riesgo considerable para la seguridad y funcionalidad tanto de edificaciones como de infraestructuras críticas. La gestión adecuada de estos fenómenos implica fortalecer el aislamiento térmico, modernizar sistemas de drenaje y adaptar las normas de construcción basándose en proyecciones climáticas actualizadas.
Para avanzar en esta dirección, el informe destaca la necesidad de colaboración entre instituciones europeas, organismos técnicos nacionales e internacionales, con el objetivo de reducir disparidades en la armonización de datos y requisitos reglamentarios. Esta cooperación se basa en evidencia científica acumulada desde 2022 hasta 2025, poniendo de relieve cómo los riesgos y las prioridades deben tratarse desde una perspectiva integrada.
Normativas actualizadas, mapas climáticos y nuevos riesgos
El desarrollo de nuevos Eurocódigos 2G, previstos para su publicación en 2027, es uno de los principales avances que aborda el informe ‘Adaptación al cambio climático en el entorno construido: avances y necesidades de los estándares de diseño estructural’. Estos códigos incorporan factores de cambio derivados de análisis estadísticos y proyecciones climáticas, permitiendo adaptar los parámetros clásicos de nieve, temperatura, viento y hielo atmosférico al contexto climático no estacionario esperado para los próximos decenios.
Otro elemento fundamental es la actualización de mapas climáticos. Mientras que tradicionalmente se utilizaban registros históricos estáticos, ahora se integran grandes conjuntos de datos y modelos de alta resolución, como E-OBS, ERA5 y las proyecciones de Euro-Cordex. Estos recursos permiten establecer valores de referencia más precisos para el diseño de infraestructuras a largo plazo, considerando las tendencias a 50 y hasta 100 años.
El informe también dedica especial atención al creciente riesgo de incendios forestales, especialmente en zonas de interfaz urbano-forestal (WUI). Frente a este desafío, se enfatiza la necesidad de establecer estándares y protocolos específicos que refuercen la capacidad de resistencia de infraestructuras críticas. Se advierte, además, sobre la fragmentación normativa existente en este ámbito, y se aboga por una revisión y adecuación de los códigos sectoriales para asegurar una gestión coherente y eficaz de los riesgos.
Prioridades estratégicas para la adaptación
En términos de estrategia, el informe establece ocho prioridades estratégicas para la adaptación: integración normativa y política, planificación urbana inclusiva, uso de tecnologías digitales (como los gemelos digitales urbanos), análisis de riesgos, mecanismos financieros sostenibles, capacitación y sensibilización, justicia climática y continuidad en la evaluación y gestión adaptativa. Estas áreas marcan el camino para una transformación que implique a todos los actores del sector de la construcción.
Dentro de este enfoque transformador, la evaluación y rehabilitación continua de estructuras existentes se considera esencial. La necesidad de reparaciones derivadas de corrosión en edificaciones de hormigón construidas antes del año 2000 podría representar grandes inversiones para el año 2100 si no se aplican medidas adaptativas eficaces, según el informe.
Para reducir la dispersión en los métodos y datos utilizados, la Comisión Europea apuesta por el desarrollo de protocolos y plataformas unificadas, como la Copernicus Climate Data Store y la MIP4Adapt. Se destaca que estas herramientas serán fundamentales para mitigar la actual dispersión en los métodos de elaboración de mapas térmicos y de nieve, garantizando una aplicación más homogénea de los estándares en la Unión Europea.
Casos prácticos y aplicación técnica
El informe también presenta estudios de caso en Portugal, Alemania e Italia, que ilustran distintas metodologías para combinar fuentes de datos históricas, reanálisis y proyecciones futuras, ajustando estadísticamente valores de diseño relevantes con distintas técnicas, incluidas la Teoría del Valor Extremo y distribuciones GEV y Gumbel.
En materia de gestión del riesgo de incendios, se enfatiza la importancia del trabajo colaborativo y del uso de sistemas GIS para evaluar exposición y vulnerabilidad. Ejemplos de cooperación transfronteriza, como el realizado entre España y Portugal, muestran los beneficios de la coordinación anticipada y la digitalización de la gestión del riesgo.
En síntesis, los retos y oportunidades identificados en el informe del JRC señalan la necesidad de adaptar prácticas, normativas y herramientas técnicas, reforzando la resiliencia de las infraestructuras europeas ante un futuro climático incierto pero previsible.