Los primeros resultados del estudio para evaluar y mejorar la eficiencia energética de los edificios se conocerán en otoño.

El próximo otoño podrá conocerse ya algún avance del proyecto de investigación que, fruto del convenio firmado entre la Universidad Politécnica de Madrid, ASPRIMA, Gas Natural, Uponor y Ursa- Pladur, se llevará a cabo para evaluar los costes constructivos y consumos energéticos derivados de la clasificación energética de viviendas.

ASPRIMA acogió la semana pasada un desayuno de trabajo en el que representantes de todas las partes firmantes del convenio para realizar este estudio, explicaron a promotores y otras entidades, los objetivos principales del mismo. Justo García Navarro, de la UPM y encargado de dirigir esta investigación, explicó que para llevar a cabo este estudio se ha escogido inicialmente un edificio de viviendas protegidas de la EMVS ubicado en el PAU de Vallecas y en uso desde el pasado mes de agosto. El proyecto a estudiar es una vivienda en bloque de 5 alturas que presenta varias fachadas y un patio interior e incluye viviendas de 2, 3, 4 y 5 dormitorios, un “caso de estudio muy rico”, según García Navarro, por las distintas tipologías de viviendas que presenta.

Las distintas zonas climáticas de España, otras tipologías como las viviendas unifamiliares, la rehabilitación e incluso otros usos como el sector terciario, no fueron descartadas como nuevas fases de la investigación.

Manuel Geremías, de Ursa, consideró que la eficiencia no es cara, sino una fuente de beneficios y destacó que el estudio permitirá contar con un instrumento que arroje luz y transparencia a la conveniencia de ir hacia una calificación energética más alta.

Enrique García Jiménez, de Gas Natural, coincidió con Ursa al señalar que el fomento de sistemas eficiencias no es caro, mientras que Carlos Martín, de Pladur, destacó que “queremos construir mejor y con un menor coste a ser posible, asegurando las prestaciones del edificio y dando continuidad al aislamiento”.

Angel López, de Uponor destacó las ventajas de emplear la climatización invisible (suelo radiante) en la edificación y los beneficios que eso tiene para el usuario final.

En este sentido, la gerente de ASPRIMA, Marta Torres, puso de manifiesto que este estudio no sólo ha de tener como destinatarios a los promotores y al resto de empresas implicadas en el proceso de la construcción, sino muy especialmente al usuario final, que debe conocer cuáles son las ventajas y los beneficios de esta clasificación energética y habituarse a esta categorización lo mismo que se han habituado a la clasificación energética de los electrodomésticos.

Gracias a este estudio, se podrá, por una parte, cuantificar la diferencia en costes de construcción que supone construir con cada una de las diferentes clasificaciones energéticas de las viviendas (A, B, C, ó D), categorías derivadas de la nueva normativa estatal relativa a la eficiencia energética de los edificios – similar a la ya existente en electrodomésticos- y por otra, valorar y comparar entre las distintas categorías el ahorro que supone una u otra a igualdad de consumo energético, es decir, el ahorro del consumidor final en la facturación.

Esta iniciativa pretende facilitar la incorporación de buenas prácticas a la edificación en España, e iniciar una línea de trabajo que acometerá los tipos y modelos edificatorios con más futuro, desde el convencimiento de que este sector debe afrontar, de forma ineludible, el reto energético y tecnológico de carácter medio ambiental como mejor forma de incorporar la filosofía de la sostenibilidad al sector de la construcción.

 
 
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