Reparalia informa sobre qué hacer con los residuos que dejan las reparaciones y las tareas de bricolaje.

Tras las tareas cotidianas de bricolaje y reformas en casa, se generan habitualmente varios kilos de materiales reciclables. Una pregunta frecuente es cómo debemos depositar los residuos que acumulamos después de nuestra reparación. La legislación vigente sobre residuos indica que existen tres tipos diferentes: urbanos, peligrosos y un tercer grupo llamado “otros”, que se refiere precisamente a los desperdicios de las tareas de bricolaje del hogar o de la construcción.

Reparalia, empresa especializada en la comercialización de contratos de cuidado del hogar y en la gestión integral de siniestros y reparaciones, ha elaborado una lista de consejos para saber cómo distinguir los distintos residuos y favorecer al medio ambiente, distribuyéndolos en sus respectivos depósitos.

1. Residuos urbanos (no peligrosos): Cuando realizamos reparaciones de distinta índole, solemos utilizar materiales envueltos en paquetes de cartón, compramos pintura nueva o nos deshacemos de casquillos y grifos antiguos. Estos residuos se consideran no peligrosos y pueden ser reciclados en su mayoría. Esta es la mejor manera de hacerlo:

2. Residuos Peligrosos: La pintura de las paredes viene en envases o recipientes que contienen otras sustancias tóxicas. Los tubos fluorescentes también están hechos de materiales peligrosos. Estos componentes se convierten rápidamente en un riesgo para la salud humana. Contienen, además, sustancias que pueden dañar también al medio ambiente, por lo que hay que tener en cuenta cómo procedemos a su reciclaje.

3. Residuos de la Construcción y Demolición (inertes): Son los residuos derivados de las obras de construcción o de las reformas en las viviendas. No son peligrosos ya que no experimentan transformaciones físicas, químicas o biológicas significativas. Su reciclaje es dificultoso ya que no se pueden tratar ni son biodegradables.

Estos residuos se deben depositar también en un punto limpio con un máximo de 60 kilogramos por día. No sólo se consigue que se puedan reciclar de una forma adecuada, sino que de ellos se pueden obtener también áridos o materiales para la construcción.

Reparalia, empresa comprometida con el cuidado del medio ambiente, realiza campañas periódicas de concienciación y reciclaje para sus empleados y reparadores. Como ejemplo, todas las impresoras de la empresa imprimen a dos caras y en blanco y negro, reciclando todo el papel no útil; también se envían comunicados informativos al respecto a toda su red de profesionales. Según cifras de la empresa, el año pasado se consiguió reducir el consumo de papel en sus oficinas un 28% respecto al año 2010, a la vez que cumplieron con la normativa de destrucción de información sensible.

 
 
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