La Vela, la nueva sede de BBVA en Madrid, se está construyendo bajo criterios de sostenibilidad.

La Vela es el edificio principal de la nueva sede que la entidad financiera está construyendo en Las Tablas. Se trata de un complejo de oficinas y servicios al que se trasladarán a trabajar 6.000 personas entre junio de 2013 y el primer trimestre de 2015.

Los empleados de BBVA han bautizado a través de un concurso de ideas el edificio más emblemático de la nueva sede que la entidad financiera construye en Las Tablas (Madrid). La Vela ha sido el nombre elegido para esta torre con forma elíptica, de 93 metros de altura y 19 plantas, proyectada por los arquitectos suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron.

La Vela es el edificio principal de un complejo de 114.000 m2 de oficinas y servicios, que incluye otras siete edificaciones de tres alturas que llevarán el nombre de los continentes. Los edificios se encuentran separados por calles que reciben su nombre de distintos mares y océanos.

Todas las denominaciones de la Ciudad BBVA, a la que se trasladarán 6.000 empleados entre junio de 2013 y el primer trimestre de 2015, se han escogido por su asociación con los elementos de identidad más importantes de BBVA –globalidad, confianza, empuje, trabajo en equipo y sostenibilidad¬–, a excepción del edificio principal, La Vela, cuyo nombre ha sido elegido por los propios empleados.

La nueva sede se está construyendo siguiendo los criterios de sostenibilidad necesarios para conseguir el certificado LEED Oro, estándar de construcción sostenible más exigente. Los materiales utilizados tienen bajo impacto ambiental, y los edificios están diseñados para que se pueda llevar a cabo una monitorización remota del consumo energético.

Además, parte de las necesidades energéticas del complejo se abastecerán gracias a energías renovables propias, como paneles solares térmicos o fotovoltaicos y energía geotérmica de bucle cerrado, que aprovecha la temperatura estable del subsuelo. Todo ello permitirá un ahorro de un 7,6% en las emisiones de CO2 y de un 8,3% en el consumo de energía.

Por otro lado, se están instalando sistemas de la reutilización de aguas grises y de recogida del agua de lluvia en las cubiertas de los edificios para su uso en el riego. Se instalarán también puntos para el reciclaje del 100% de los residuos generados.

La envolvente de los edificios es uno de los aspectos más singulares del proyecto, ya que las fachadas se han diseñado para minimizar el consumo energético. El complejo contará con más de 49.000 m2 de fachada acristalada, que estará protegida por más de 2.800 lamas prefabricadas cuya orientación responde a criterios de insolación y eficiencia térmica. Prácticamente todas las zonas de oficina tendrán vistas al exterior o a los patios interiores.

 
 
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