Lafarge investiga combustibles alternativos con la última tecnología

Lafarge España ha instalado en el Laboratorio Central de Calidad de Villaluenga de la Sagra, un área dotada de la última tecnología para el análisis de combustibles alternativos. Gracias a equipos de última generación, este laboratorio refuerza el control de calidad de combustibles alternativos realizado en las fábricas que la compañía tiene en España.

Con una inversión de más de 300.000 euros y la creación de dos nuevos puestos de trabajo de técnicos de laboratorio, la incorporación de nuevas técnicas instrumentales permite mejorar la eficiencia del proceso analítico y complementar a los análisis practicados por los suministradores de combustibles.

La principal herramienta adquirida por Lafarge para este laboratorio es un molino criogénico, una herramienta única en el sector cementero español, que permite un análisis eficaz con una sola muestra de combustible (maderas, serrines, neumáticos o harinas animales por ejemplo).

El primer paso para el análisis es la congelación de la muestra con nitrógeno líquido a 195 grados bajo cero, lo que permite que la muestra se triture y pueda reducirse a partículas de un tamaño de 100 micras.

A este molino criogénico se suma un espectrómetro FRX-Dispersivo, capaz de analizar simultáneamente 80 elementos químicos presentes en muestras tanto sólidas como líquidas o en pasta. Gracias a estos análisis, se detectan trazas de elementos contaminantes o tóxicos para evitar su utilización, tal y como establece la legislación medioambiental europea.

Reutilización de residuos y subproductos

El laboratorio, situado a unos metros de la industria de hormigón que Lafarge posee en la misma localidad, efectúa labores de conocimiento y desarrollo de componentes para la fabricación de cemento. Tras más de 70 años de trayectoria y la sustitución del carbón por coque de petróleo, la empresa ha buscado nuevos subproductos que reaprovechar y con los que paliar la contaminación.

Un ejemplo son los neumáticos usados, empleados por las cementeras como combustibles alternativos para la producción de cemento. La directora del Laboratorio Central de Calidad de Lafarge, Isabel Rodríguez Henche, recuerda que los hornos de las cementeras superan ampliamente los 2.000 grados, dificultando la creación de desechos como las cenizas; cosa que no ocurre en las incineradoras de residuos. Por ello establece una clara diferenciación entre los hornos de las cementeras y las incineradoras, ya que los primeros eliminan todo tipo de desechos.

 

Como resultado, Rodríguez Henche, asegura que  el uso de estos combustibles aporta un beneficio al medio ambiente y a la sociedad al dar una solución segura a los residuos que, de otra forma, irían a parar a un vertedero

Además, la directora del Laboratorio asegura que con el uso de combustibles alternativos la compañía consigue ser más competitiva al depender en menor medida de los combustibles fósiles. De hecho, Lafarge espera que la mitad de su consumo de combustible para 2020 proceda de residuos o biomasas.

Los combustibles alternativos en la lucha contra el cambio climático

A la inauguración del área de combustibles alternativos del laboratorio de Lafarge le siguió una ponencia del Profesor Ramón Tamames, miembro del Club de Roma, Catedrático de Estructura Económica, Cátedra Jean Monnet de la UE y de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, quien reflexionó sobre el papel de los residuos en el ámbito de la economía circular como base de una sociedad más sostenible.

Tamames aseguró que a medida que pasa el tiempo, en un mundo con una población creciente que a finales de siglo podrá superar los 10.000 millones de habitantes, la valorización de los nuevos usos y aplicaciones posteriores a la primera utilización de cualquier producto, va ganando valor porque en un planeta en que el espacio se ocupa más y más, y los recursos son finitos, la gran cantera de la reutilización adquiere una importancia decisiva.

Para adoptar al reutilización de productos y que el planeta siga funcionando para las generaciones venideras, según el profesor Tamames, hay dos acciones a desarrollar. En primer lugar la mitigación, el recorte de emisiones de gases de efecto invernadero; y en segundo, la adaptación con energías alternativas, y también la adaptación de las instalaciones industriales, a la utilización de combustibles alternativos. De este modo, se fabricará cemento, por ejemplo, a partir de materiales que de otro modo serían contaminantes.

En cuanto a la situación futura en relación al cambio climático y el empleo de combustibles alternativos, considera que la Cumbre Mundial para el Cambio Climático (COP21) es el inicio. En el año 2100 tendrá que haber cero combustibles fósiles y un compromiso de utilización de alternativos, afirmó.

 

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