AIMPLAS desarrolla el primer sistema de reciclado de plástico con estructura de nanotubos de carbono.

El Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS) acaba de concluir el proyecto europeo RECYTUBE, que tras 30 meses de desarrollo ha dado como resultado una innovadora tecnología que permite reciclar y reutilizar plástico con estructuras de nanotubos de carbono. En el proyecto también participa la empresa valenciana Faperin, la belga Nanocyl y la holandesa Colorex.

Los nanotubos de carbono son estructuras que pueden variar su comportamiento eléctrico y que incorporados a materiales como el plástico le confieren extraordinarias propiedades. En este sentido, la capacidad de apantallamiento electrónico que estas partículas confieren al plástico abre enormes posibilidades en su utilización en las carcasas de dispositivos electrónicos. En la industria de la automoción ya se está utilizando en el sistema de repostaje para sustituir piezas metálicas o para fabricar las mangueras ya que evita la acumulación de cargas electrostáticas y la posibilidad de explosiones derivadas de ellas. También se pueden encontrar ya en el sector del equipamiento deportivo bicicletas, raquetas de tenis, o palos de hockey fabricados con nanotubos de carbono, ya que este material les aporta una ligereza y resistencia sin precedentes, así como nuevas posibilidades de diseño y fabricación.

Restos y piezas defectuosas

La generalización en el empleo de este tipo de materiales hace necesario prever sistemas eficientes de recuperación de los restos que se producen durante el proceso de inyección del plástico como consecuencia de la puesta en marcha o la limpieza de las máquinas, así como de las piezas defectuosas descartadas. El proyecto RECYTUBE propone el reciclado de estos desechos para producir nuevos nanocomposites plásticos con valor comercial. “Hemos conseguido reciclar nanotubos de carbono a nivel post-industrial, como el uso de este tipo de materiales se va a incrementar exponencialmente en los próximos años el objetivo a medio plazo será desarrollar un sistema de reciclado a nivel post-consumo” afirma Luis Roca, investigador del proyecto.

Durante la primera etapa del proyecto RECYTUBE se han identificado diversos métodos rápidos que podrían usarse en la planta de producción para cuantificar los nanotubos de carbono y predecir las propiedades finales del material en cuestión, sin la necesidad de disponer de costosos equipos de laboratorio. En una segunda etapa el proyecto se ha centrado en el desarrollo de piezas para la industria de la electricidad y la electrónica, empleando nanocomposites reciclados que contengan nanotubos de carbono. Concretamente se han desarrollado carcasas de retrovisores para la industria del automóvil con apantallamiento electromagnético y pintado inteligente.

En el primer caso, los beneficios de los nanotubos de carbono van directamente relacionados con la eliminación de interferencias. En el caso del pintado de la pieza, la utilización de plástico con nanotubos de carbono permitirá aplicar un proceso de pintado electroestático que elimina la necesidad de aplicar un primer recubrimiento. De esta forma se logra un mejor acabado superficial y un proceso medioambientalmente sostenible.

 
 
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