El edificio Príncipe de Donostia dotado con aislamiento térmico

El edificio Príncipe de Donostia se ha convertido tras su rehabilitación, en uno de los primeros edificios históricos que cuenta con aislamiento térmico. Se trata de uno de los primeros edificios construidos con hormigón de Donostia y su situación, en plena esquina de la calle Aldamar con el Paseo Nuevo, ha contribuido a un desgaste importante debido a los continuos temporales.

Las obras de rehabilitación han durado casi un año y se han necesitado profesionales artesanos debido a la complejidad de su fachada, siendo ésta una de las que más ornamentaciones posee de la capital donostiarra.

En sus inicios fue un hotel, luego pasó a ser un teatro y en la actualidad alberga viviendas particulares y los cines Príncipe que gestiona SADE. Las obras llevadas a cabo por la empresa Kursaal Rehabilitaciones lo han convertido en uno de los primeros edificios históricos que cuenta con aislamiento térmico. Para ello se ha necesitado casi un año de trabajo y combinar técnicas de última generación con trabajos artesanos debido a la complejidad de su fachada.

Este singular edificio es uno de los primeros construidos en Donostia a base de hormigón. Su ubicación, en pleno litoral donostiarra, lo ha expuesto al azote de temporales y el salitre del mar, lo que han provocado u n deterioro. El hormigón está armado mediante una estructura interna de acero que refuerza dicho hormigón. Al quedar expuesto ese acero al salitre, se va oxidando y expandiendo lo que provoca que reviente el hormigón.

El trabajo de rehabilitación se ha realizado por etapas siendo la primera el decapado y eliminación de las actuaciones anteriores sobre la fachada que estaba revestida con pintura fotoreticulante, es decir, una rehabilitación anterior inadecuada que no transpira, lo que facilitaba más el desgaste. Se ha ido rehabilitando con morteros tixotrópicos específicos y de última generación que consiguen con menos grosor una mayor protección de la estructura interna.

Una gran innovación en este tipo de edificios históricos, ha sido la ejecución de un aislamiento térmico exterior que lo protege del frío y lo hace más eficiente energéticamente. Esto se ha realizado mediante técnicas específicas que permiten reproducir el aspecto original del inmueble a base de piezas cerámicas vidriadas una vez instalado el aislamiento.Según Iñigo Arizpeleta, arquitecto que ha coordinado la rehabilitación, ha sido un gran reto poder encajar los sistemas con los acabados constructivos de la propia fachada.

El siguiente proceso ha consistido en la reconstrucción de las zonas singulares siendo este el momento más difícil de la rehabilitación. Para ello se ha necesitado la colaboración de profesionales artesanos que pueden llevar a cabo una restauración compleja. Al ser este uno de los edificios más rico en ornamentos de Donostia y al presentar tanto relieve y tantas formas y salientes lo convierten en una fachada muy compleja de rehabilitar.

El último proceso ha consistido en trabajos de alta decoración mediante técnicas antiguas de pátinas para sombrear los ornamentos. Todos estos trabajos han necesitado de procesos diseñados por la propia empresa Kursaal. Es uno de los pocos edificios que cuenta con mosaicos y han tenido que ser restaurados de manera muy artesanal, extrayendo pieza por pieza.

 
 
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